Un año de cambios: Día 36

Summary

Este devocional reflexiona sobre la importancia de aceptar el perdón divino, destacando que negarse a perdonarse a uno mismo es una forma de orgullo que rechaza el evangelio. Se menciona cómo las personas tienden a auto castigarse, pensando que deben ganarse el perdón de Dios, lo que en realidad menoscaba el sacrificio de Cristo. Se insta a entender que la gracia no se merece, sino que es un regalo, y que la humildad verdadera es aceptar el perdón de Dios y vivir de acuerdo con su gracia, sin caer en la autocrítica destructiva.

Takeaways

• 😀 La falta de perdón hacia uno mismo es un acto de orgullo, ya que implica intentar expiar por nuestros propios pecados en lugar de aceptar la gracia de Cristo.
• 😀 No aceptar el perdón de Dios significa rechazar el evangelio, pues implica creer que el sacrificio de Cristo no es suficiente.
• 😀 Pablo llama a los que abandonan el evangelio y siguen un evangelio diferente como 'anatema', mostrando la gravedad de rechazar el mensaje de gracia.
• 😀 Creer que no merecemos el perdón de Dios es una forma de rechazar la cruz y no reconocer su suficiencia para la salvación.
• 😀 El autoconvencimiento de que uno debe 'ganar' el perdón es una forma de intentar salvarse por cuenta propia, lo cual es contrario al mensaje cristiano.
• 😀 El auto-castigo, la autocrítica y la incapacidad de perdonarse a uno mismo son formas de orgullo invertido, ya que siguen enfocándose en el 'yo' en lugar de en Cristo.
• 😀 El evangelio nos enseña que ninguno da la talla por sí mismo, y es por eso que la gracia es necesaria y suficiente para todos.
• 😀 La reflexión sobre la insuficiencia personal frente a la cruz debe llevarnos a abandonar el enfoque en nuestros errores y mirar hacia lo que Cristo hizo por nosotros.
• 😀 No debemos huir de la gracia cuando nos sentimos culpables o imperfectos; en lugar de eso, debemos acudir a ella con humildad.
• 😀 El ministerio enfatiza que no se trata de 'ganar' el perdón de Dios, sino de recibirlo como un regalo, lo cual está disponible para todos a través de la fe en Jesús.

Q & A

¿Por qué el apóstol Pablo considera que rechazar el perdón de Dios es un acto de orgullo?

El apóstol Pablo considera que rechazar el perdón de Dios es un acto de orgullo porque implica que una persona no reconoce la suficiencia del sacrificio de Cristo en la cruz. Al no aceptar el perdón, la persona está indirectamente diciendo que necesita hacer algo más para ganar el perdón, lo que es una forma de auto-justificación y orgullo.

¿Cómo se relaciona el auto-castigo con el orgullo según el devocional?

El auto-castigo, ya sea en forma de decepción personal o incapacidad de perdonarse, es una manifestación de orgullo invertido. La persona sigue centrada en sus propios errores y en la falta de perfección, en lugar de enfocarse en la gracia de Dios. Aunque parece humildad, en realidad está rechazando la gracia divina.

¿Qué significado tiene la expresión 'anatema' en el contexto de la carta a los Gálatas?

'Anatema' es una palabra fuerte usada por Pablo en Gálatas 1:8 para referirse a aquellos que predican un evangelio diferente al que él enseñó. Significa estar bajo maldición o ser apartado de la bendición de Dios, lo que subraya la gravedad de distorsionar el evangelio de Cristo.

¿Cuál es el problema de pensar que no merecemos el perdón de Dios, según el devocional?

El problema de pensar que no merecemos el perdón de Dios es que estamos, en efecto, menospreciando la cruz de Cristo. Al pensar que debemos 'ganar' el perdón por nuestros propios méritos, estamos rechazando el evangelio, que enseña que el perdón es un regalo inmerecido, basado en la gracia de Dios y no en nuestras acciones.

¿Qué ilustración utiliza el devocional para explicar la relación entre el orgullo y la incapacidad de perdonarse?

El devocional utiliza la ilustración de un pianista profesional que practica para presentarse frente a una audiencia exigente. Al igual que el pianista, que puede sentirse orgulloso si su rendimiento es bueno o castigarse si es malo, las reacciones de autoevaluación—ya sea el orgullo o el auto-castigo—son igualmente formas de orgullo porque centran la atención en uno mismo y no en la gracia de Dios.

¿Qué significa 'no aceptar el perdón es no aceptar el evangelio' en el contexto de este devocional?

Esta frase significa que al rechazar la capacidad de perdonarse a uno mismo, se está rechazando implícitamente el mensaje central del evangelio: que Cristo ha hecho todo lo necesario para perdonar nuestros pecados. No aceptar el perdón es ignorar la obra completa de Cristo en la cruz.

¿Cómo describe el devocional la respuesta de los cristianos al sentirse incapaces de perdonarse a sí mismos?

El devocional describe que cuando los cristianos se sienten incapaces de perdonarse, suelen huir de la gracia de Dios y recurrir a ídolos como la pornografía, la depresión, o el consumismo para distraerse de su estado de desilusión. Esta es una forma de evitar la verdadera sanación que solo la gracia de Dios puede traer.

¿Por qué se dice que la incapacidad de perdonarse es una forma de 'falsa humildad'?

Se dice que la incapacidad de perdonarse es una forma de 'falsa humildad' porque aunque parece una actitud de humildad, en realidad está centrada en el ego. La persona que no se perdona está enfocada en su propia insuficiencia y no en la suficiencia de Cristo para perdonarla.

¿Cuál es la relación entre el evangelio y la frase 'los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos'?

La frase 'los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos' se refiere a la gracia de Dios, que no es para los que se consideran justos, sino para los pecadores. Jesús vino a sanar a los que reconocen su necesidad de perdón, no a aquellos que piensan que pueden salvarse por sí mismos.

¿Qué consejo final da el devocional sobre la forma de pensar respecto al perdón personal?

El devocional aconseja que, en lugar de enfocarnos en la autoevaluación y el auto-castigo, debemos aprender a aceptar que el perdón no se 'merece', sino que es un regalo. Al no perdonarnos, estamos rechazando la gracia de Dios y actuando con orgullo, por lo que debemos aprender a descansar en la suficiencia de la obra de Cristo.