Manual de urbanidad y buenas maneras - Manuel A. Carreño - Deberes morales del hombre - Cap. 2
Summary
TLDREl texto aborda la importancia de los deberes hacia nuestros padres, la patria y los semejantes. Se enfatiza el amor y los sacrificios de los padres, la piedad filial y la gratitud como virtudes sublimes. También se discute el sentido del deber hacia la patria y la sociedad, con la caridad y el perdón como pilares de la moral cristiana. Se subraya que el amor a Dios se manifiesta a través del amor y la ayuda hacia otros, promoviendo la armonía y la felicidad en la comunidad.
Takeaways
- 👨👩👧👦 Los padres son considerados los seres más privilegiados y venerables, mereciendo la mayor gratitud y respeto por su dedicación y sacrificio en la educación y bienestar de sus hijos.
- 👶 La infancia es un período de vulnerabilidad donde los padres asumen la responsabilidad de proteger y cuidar de sus hijos, compensando su incapacidad inicial para atender sus propias necesidades.
- 👨🏫 La educación moral e intelectual de los hijos es una tarea primordial para los padres, quienes inculcan los primeros principios y conocimientos que servirán de base en la vida adulta.
- 🙏 Los padres son los primeros en enseñar a sus hijos a conocer y amar a Dios, lo que revela la importancia de la religión y la espiritualidad en la formación de los valores personales.
- 🏡 El hogar se presenta como el escenario principal donde se desarrollan los valores y la moral, siendo la familia el núcleo fundamental de la sociedad y la virtud.
- 🌐 El amor y el respeto hacia la patria son sentimientos fundamentales que motivan a los individuos a contribuir al bienestar común y a defender sus intereses nacionales.
- 🤝 La solidaridad y la cooperación con los semejantes son valores esenciales para mantener la armonía social, promoviendo la ayuda mutua y el perdón en situaciones de conflicto.
- 🌱 La benevolencia y el perdón hacia los enemigos son actos de gran bondad que reflejan el espíritu de amor y generosidad que debe guiar la conducta humana.
- 👵👴 La vejez de los padres es un momento en el que sus hijos deben asumir un papel activo en su cuidado y apoyo, honrando y devolviendo el amor y la protección recibidos.
- 🤗 La piedad filial, el amor a la patria y la caridad hacia los demás son aspectos clave de la moral cristiana que definen las relaciones interpersonales y la contribución al bien común.
Q & A
¿Qué se considera como los deberes más privilegiados y venerables según el texto?
-Los deberes más privilegiados y venerables, según el texto, son aquellos que tenemos con nuestros padres, quienes son considerados los seres más privilegiados y venerables sobre la Tierra.
¿Cuáles son algunas de las maneras en que los padres son descritos como contribuyendo a la vida de sus hijos?
-Los padres son descritos como contribuyendo a la vida de sus hijos recogiendo y enjugando sus primeras lágrimas, soportando las miserias e inconvenientes de la infancia, dedicándose a la educación de sus hijos y labrar su felicidad.
¿Cómo se describe el amor de los padres en el texto?
-El amor de los padres se describe como un orden elevado y sublime, cordial, desinteresado y constante, que no se asemeja a otros actos de amor y benevolencia, y es comparado con la Providencia que cubre y protege a todos los mortales.
¿En qué se diferencia el amor maternal según el texto?
-El amor maternal se diferencia en que es descrito como un afecto incomprensible, de extensión infinita, intensidad inexplicable, de inspiración divina, y se menciona la escena de María al pie de la cruz como el cuadro más perfecto y patético del amor materno.
¿Cuál es la naturaleza del cuidado y la protección que los padres brindan a sus hijos según el texto?
-El cuidado y la protección que los padres brindan a sus hijos son descritos como exquisitos, contemplativos, descendentes y sacrificios que triunfan de todos los obstáculos, vicisitudes e incluso de la ingratitud.
¿Cómo se aborda la educación de los hijos en el texto?
-La educación de los hijos se aborda como una tarea ardua e importante, donde los padres imprimen en la alma de los hijos las primeras ideas, enseñan a conocer a Dios y a amarlo, adorarlo y pronunciar sus alabanzas, y proporcionan conocimientos útiles para el desarrollo de sus facultades.
¿Qué papel desempeñan los padres en la vida moral e intelectual de sus hijos según el texto?
-Los padres desempeñan un papel fundamental en la vida moral e intelectual de sus hijos, siendo los primeros en hacerles formar idea de Dios, ennobleciéndolos ante sus propios ojos y santificando su espíritu.
¿Cómo se sugiere que los hijos deben responder al amor y los sacrificios de sus padres?
-Se sugiere que los hijos deben responder al amor y los sacrificios de sus padres honrándolos, respetándolos, y obedeciéndolos, y que estos deberes son sagrados y deben ser cumplidos desde la infancia hasta la edad madura.
¿Qué se entiende por la piedad filial según el texto?
-La piedad filial se entiende como el amor y la devoción que los hijos deben tener hacia sus padres, y que se manifiesta en el cumplimiento de los deberes que les han impuesto, incluyendo el amor, el honor, el respeto y la obediencia.
¿Cómo se relaciona el texto con la idea de la Patria y los deberes hacia ella?
-El texto relaciona la idea de la Patria con la extensión de territorio gobernada por las mismas leyes y donde se forman sociedades de intereses y sentimientos nacionales, y los deberes hacia ella incluyen amarla, honrarla, defenderla y contribuir a su bienestar y gloria.
Outlines
👨👩👧👦 Deudas de gratitud hacia los padres
El primer párrafo enfatiza la importancia de los padres en nuestras vidas, describiendo sus sacrificios y cuidados como los más sublimes y desinteresados. Se destaca la inmensa deuda de gratitud que los hijos tienen hacia sus padres, que no se puede reembolsar completamente, y se compara el amor maternal con la figura de María en la cruz. Los padres son vistos como figuras venerables que merecen el mayor respeto y cuidado, y se describe el amor y la dedicación de los padres desde el nacimiento del hijo hasta su crecimiento y educación.
📚 La educación y la formación moral e intelectual
Este párrafo habla sobre la responsabilidad de los padres en la educación moral e intelectual de sus hijos, imprimiendo en sus almas las primeras ideas y enseñándoles a conocer a Dios. Se resalta la importancia de los padres en la enseñanza de los valores y conocimientos fundamentales, y cómo su amor y apoyo continuado a lo largo de la vida de sus hijos es esencial para su desarrollo y bienestar. Además, se menciona el deber de los hijos de honrar y respetar a sus padres, y cómo la piedad filial es un sentimiento que honra y ennoblece.
👴 Respeto y cuidado hacia los mayores
El tercer párrafo aborda la obligación de los hijos de cuidar y respetar a sus padres en sus años avanzados. Se sugiere que el amor y la gratitud hacia los padres debe manifestarse en acciones concretas, especialmente cuando ellos se enfrentan a la desgracia o la impotencia debido a la vejez. Se enfatiza la importancia de mantener el honor y la estima social de los padres, y de proteger su dignidad, incluso cuando puedan cometer errores o enfrentar la demencia. El respeto y la obediencia hacia los padres son vistos como valores inmutables, que persisten más allá de la razón y la moral.
🏰 El amor por la Patria y los deberes hacia ella
Este párrafo explora el amor y los deberes hacia la Patria, definiéndola como una extensión de territorio gobernada por leyes comunes y unión de intereses y sentimientos nacionales. Se describe la conexión emocional con la Patria, incluyendo recuerdos de la infancia, la historia familiar y los logros de los antepasados. Se argumenta que en tiempos de paz, el amor por la Patria se demuestra respetando sus leyes y contribuyendo al bienestar común, mientras que en tiempos de conflicto, los ciudadanos están llamados a hacer sacrificios mayores, incluyendo la vida propia, para proteger y servir a la Patria.
🤝 El deber de caridad y benevolencia hacia los semejantes
El quinto párrafo enfatiza la importancia del amor y la caridad hacia los demás como una expresión del amor a Dios. Se discute cómo la caridad y la bondad hacia los semejantes son fundamentales para la armonía social y la felicidad, y cómo estos sentimientos deben guiar nuestras interacciones y acciones. Se menciona la necesidad de ayudar a los necesitados, perdonar a los enemigos y trabajar por el bienestar común. El párrafo también destaca la satisfacción y los placeres espirituales que provienen de la benevolencia y el perdón, y cómo estos actos de bondad contribuyen a la construcción de una sociedad más justa y compasiva.
🏡 La importancia de los valores familiares y sociales
El sexto y último párrafo subraya la conexión entre los valores familiares y los valores sociales, sugiriendo que el cuidado y la protección dentro del hogar son fundamentales para el desarrollo de virtudes en la sociedad. Se argumenta que aquellos que respetan y valoran a su familia y a sus parientes están mejor preparados para asumir roles de liderazgo y para contribuir positivamente a la sociedad. El párrafo también hace un llamado a la práctica de la caridad cristiana y a la importancia de amar a los demás como una manifestación del amor a Dios, concluyendo con la idea de que la perfección de este amor se encuentra en la beneficencia y el perdón.
Mindmap
Keywords
💡Deberes
💡Padres
💡Educación
💡Sacrificios
💡Amor maternal
💡Patria
💡Caridad
💡Beneficencia
💡Perdón
💡Hermanos
Highlights
Los padres son considerados los seres más privilegiados y venerables por sus hijos.
Los padres dedican su vida a la educación y bienestar de sus hijos.
El amor de los padres es comparado con la Providencia divina.
La maternidad es descrita como un amor incomprensible y divino.
La figura de María al pie de la cruz es presentada como el símbolo del amor materno.
El cuidado y la protección de los padres comienza desde el vientre materno.
La ternura del padre se intensifica con la llegada del hijo.
El amor de los padres es descrito como puro y sublime, sin cálculos egoístas.
El nacimiento del hijo es un momento de sufrimiento y alegría para los padres.
Los padres inician una serie de cuidados y sacrificios por su hijo.
La educación moral e intelectual de los hijos es considerada una tarea ardua y importante.
Los padres son los primeros en enseñar a sus hijos a conocer a Dios.
Los padres trabajan incansablemente para mantener a sus hijos y facilitarles comodidades.
La infancia y juventud de los hijos es un período de gran dedicación y sacrificio por parte de los padres.
La piedad filial es un sentimiento que honra y ennoblece, y es fundamental para la felicidad.
El amor y los sacrificios de los padres son una fuente de enseñanza y virtud.
Los deberes hacia la patria incluyen el amor, la protección y el servicio a la nación.
La caridad cristiana es la base de los deberes hacia los semejantes y la perfección de este amor está en la beneficencia y el perdón.
La práctica de la caridad y el perdón hacia los enemigos es una manifestación del amor a Dios.
El hogar paterno es la primera palestra de la virtud y la base de las virtudes sociales.
Transcripts
capítulo segundo uno de los deberes para
con la sociedad deberes para con
nuestros padres los autores de nuestros
días los que recogieron y enjugaron
nuestras primeras lágrimas los que
sobrellevaron las miserias e
incomodidades de nuestra infancia los
que consagraron todos sus desvelos a la
difícil tarea de nuestra educación y a
labrar nuestra felicidad son para
nosotros los seres más privilegiados y
venerables que existen sobre la Tierra
en medio de las necesidades de todo
género a que sin distinción de personas
ni categorías está sujeta a la humana
naturaleza muchas pueden ser las
ocasiones en que un hijo haya de prestar
auxilios a sus padres endulzar sus penas
y aún hacer sacrificios a su bienestar y
a su dicha pero podrá acaso llegar nunca
a recompensar todo lo que les debe qué
podrá hacer que le descargue de la
inmensa deuda de gratitud que para con
ellos tiene contraída a los cuidados
tutelares de un padre y una madre son de
un orden tan elevado y tan Sublime son
tan cordiales tan desinteres ados tan
constantes que en nada se asemejan a los
demás actos de amor y benevolencia que
nos ofrece el corazón del hombre y solo
podemos verlos como una emanación de
aquellos con que la Providencia cubre y
protege a todos los mortales cuando
pensamos en el amor de una madre en vano
buscamos las palabras con que pudiera
pintarse dignamente este afecto
incomprensible de extensión infinita de
intensidad inexplicable de inspiración
divina y tenemos que remontarnos en alas
del más puro entusiasmo hasta encontrar
a María al pie de la cruz ofreciendo en
medio de aquella Sangrienta escena el
cuadro más perfecto y más patético del
amor materno Sí allí está representado
este sentimiento como él es Allí está
divinizado y allí está consagrado el
primero de los títulos que hacen de la
mujer un objeto tan Digno y le dan tanto
derecho a la consideración del hombre el
amor y los sacrificios de una madre
comienzan desde que nos lleva en su seno
Cuántos son entonces sus padecimientos
físicos Cuántas sus privaciones por
conservar la vida del hijo que la
naturaleza ha identificado con su propio
ser y a quien ya ama con extremo antes
de que sus ojos le hayan visto cuánto
cuidado en sus alimentos cua solicitud y
esmero en todos los actos de su
existencia física y moral por fundar
desde entonces a su querida prole una
salud robusta y sana una vida sin
dolores el padre cuida de su esposa con
más ternura que nunca vive preocupado de
los peligros que la rodean la acompaña
en sus privaciones la consuela en sus
sufrimientos y se entrega con ella a
velar por el dulce fruto de su amor Y en
medio de la inquietud y de las Gratas
ilusiones que presenta este cuadro de
temor y de esperanza es más que nunca
digno de notarse cuán ajenos son de un
padre y de una madre los fríos y odiosos
cálculos del egoísmo si el hijo que
esperan se encuentra tan distante de la
edad en que puede serles útil si para
llegar a ella les ha de costar tantas
zozobras tantas lágrimas y tantos
sacrificios si una temprana muerte puede
en fin llegar a arrebatarlo a su cariño
haciendo infructuosos todos sus cuidados
ilusorias todas sus esperanzas qué habrá
que no sea noble y sublime en esa
ternura con que ya le aman y se preparan
a colmar le de caricias y beneficios
nada más conmovedor nada más bello y
ninguna prueba más brillante de que el
amor de los padres es el afecto más puro
que puede albergar en el corazón humano
nace al fin el hijo a Costa de crueles
sufrimientos y su primera señal de vida
es un gemido como si el destino
asistiera allí a recibirle En sus brazos
a imprimir en su frente el sello del
dolor que ha de acompañarle en su
peregrinación de la cuna al sepulcro los
padres lo rodean desde luego le saludan
con el ósculo de bendición le prodigan
sus caricias protegen su debilidad y su
inocencia y allí comienza esa serie de
cuidados exquisitos de contemplaciones
cond descendencias y sacrificios que
triunfan de todos los obstáculos de
todas las vicisitudes y aún de la misma
ingratitud y que no terminan sino con la
muerte nuestros primeros años roban a
nuestros padres toda su tranquilidad y
los privan a cada paso de los goces y
comodidades de la vida social durante
aquel periodo de nuestra infancia en que
la naturaleza nos niega la capacidad de
atender por nosotros mismos a nuestras
necesidades y en que demasiado débiles e
impresionables nuestros órganos
cualquier ligero accidente puede alterar
nuestra salud y aún comprometerla para
siempre sus afectuosos y constantes
desvelos suplen nuestra impotencia y nos
defienden de los peligros que por todas
partes nos rodean Cuántas inquietudes
Cuántas alarmas Cuántas lágrimas no les
cuestan nuestras dolencias
Cuánta vigilancia no tienen que poner a
nuestra imprevisión cuán inagotable no
debe ser su paciencia para cuidar de
nosotros y procurar nuestro bien en la
lucha abierta siempre con la absoluta
ignorancia y la voluntad caprichosa y
turbulenta de los primeros años Cuánta
consagración en fin y cuánto amor para
haber de conducirnos por entre tantos
riesgos y dificultades hasta la edad en
que principia a ayudarnos nuestra
inteligencia apenas descubren en
nosotros un Destello de razón ellos se
apresuran a dar principio a la ardua e
importante tarea de nuestra educación
Moral e intelectual y Son ellos los que
imprimen en nuestra alma las primeras
ideas las cuales nos sirven de base para
todos los conocimientos ulteriores y de
Norma para emprender el espinoso camino
de la vida su primer cuidado es hacernos
conocer a Dios Qué Sublime qué augusta
qué Sagrada aparece entonces la misión
de un padre y de una madre el corazón
rebosa de gratitud y de ternura al
considerar que fueron ellos los primeros
que nos hicieron formar idea de ese ser
infinitamente grande poderoso y bueno
ante el cual se prosterna el universo
entero y nos enseñaron a amarle a
adorarle y a pronunciar sus alabanzas
después que nos hacen saber que somos
criaturas de ese ser imponderable
ennobleciéndolas ante nuestros propios
ojos y santificando nuestro espíritu
ellos no cesan de proporcionarnos
conocimientos útiles de todo género con
los cuales Vamos haciendo el ensayo de
la vida y preparándonos para concurrir
al total desarrollo de nuestras
facultades en el laudable y generoso
empeño o de enriquecer nuestro corazón
de virtudes y nuestro entendimiento de
ideas útiles a nosotros mismos y a
nuestros semejantes ellos no omiten
esfuerzo alguno para proporcionarnos la
enseñanza por muy escasa que sea su
fortuna aún cuando se vean condenados a
un recio trabajo personal para ganar el
sustento ellos siempre hacen los gastos
indispensables para presentarnos en los
establecimientos de educación proveemos
de libros y pagar nuestros maestros Y
cuántas veces vemos a estos mismos
padres someterse gustosos a toda especie
de privaciones para impedir que se
interrumpa el curso de nuestros estudios
terminada nuestra educación y formados
ya nos otros a Costa de tantos desvelos
y sacrificios no por eso nuestros padres
nos abandonan nuestras propias fuerzas
su sombra protectora y benéfica nos
cubre toda la vida y sus cuidados como
ya hemos dicho no se acaban sino con la
muerte si durante nuestra infancia
nuestra niñez y nuestra juventud
trabajaron asiduamente para alimentarnos
vestirnos
noos y facilitarnos toda especie de
goces inocentes ellos no se desprenden
en nuestra edad madura de La dulce tarea
de hacernos bien recibiendo por el
contrario un placer exquisito en
continuar prodigos sus beneficios Por
más que nuestros elementos personales
que ellos mismos fundieron nos
proporcionen ya los medios de proveer a
nuestras necesidades nuestros padres son
al mismo tiempo nuestros primeros y más
sinceros amigos nuestros naturales
consultores nuestros leales confidentes
el egoísmo la la envidia la hipocresía y
todas las demás pasiones tributarias del
interés personal están excluidas de sus
relaciones con nosotros Así es que nos
ofrecen los frutos de su experiencia y
de sus luces sin reservarnos nada y sin
que podamos jamás recelar de que Sus
consejos vengan envenenados por la
Perfidia o El engaño las lecciones que
han recibido en la escuela de la vida
Los descubrimientos que han hecho en las
Ciencias y en las artes los secretos
útiles que poseen todo es para nosotros
todo nos lo transmite todo lo destinan
siempre a la obra predilecta de nuestra
felicidad y si Los vemos aú en edad
avanzada trabajar con actividad y con
ainco en la conservación y adelanto de
sus propiedades fácil es comprender que
nada los mueve menos que el provecho que
puedan obtener en favor de una vida que
ya van a abandonar sus hijos sí el
porvenir de sus queridos hijos he aquí
su generoso móvil he aquí el estímulo
que les da fuerzas en la misma
ancianidad Sí pues son tantos y de tan
elevada esfera los beneficios que
recibimos de nuestros padres si su
misión es tan sublime y su amor tan
grande Cuál será la extensión de
nuestros deberes para con ellos
desgraciado de aquel que al llegar al
desarrollo de su razón no la haya medido
Ya con la noble y segura escala de la
gratitud porque a la verdad el que no ha
podido comprender para entonces todo lo
que debe a sus padres tampoco habrá
comprendido lo que debe a Dios Y para
las almas ruines y desagradecidas no hay
felicidad posible ni en esta vida ni en
la otra La Piedad filial es por otra
parte uno de los sentimientos que más
honran y
ennoblecer desde luego investigamos su
conducta para con sus padres y si
encontramos que ella es buena base
despierta en nosotros una fuerte
simpatía y un sentimiento profundo de
estimación y de benevolencia cuando el
amoroso padre va a dar a la hija de su
corazón un compañero de su suerte sus
inquietudes calman y su ánimo se
conforta si en trance tan solemne puede
exclamar es un buen
hijo y así compendia y expresa de la
manera más tierna y elocuente todo lo
que hay de grande y de sublime en La
Piedad filial debemos Pues gozarnos en
el cumplimiento de los deberes que nos
han impuesto para con nuestros padres
las leyes divinas y la misma naturaleza
amarlos honrarlos respetarlos Y
obedecerlos he aquí estos grandes y
sagrados deberes cuyo sentimiento se
desarrolla en nosotros el momento en que
podemos darnos cuenta de nuestras
percepciones y aún antes de haber
llegado a la edad en que recibimos las
inspiraciones de la reflexión y la
conciencia en todas ocasiones debe
sernos altamente satisfactorio
testificar les nuestro amor con las
demostraciones más cordiales y
expresivas pero cuando se encuentran
combatidos por la desgracia cuando el
peso de la vejez los abruma y los reduce
a ese estado de impotencia en que tanto
necesitan de nuestra solicitud y
nuestros auxilios recordemos Cuánto les
debemos consideremos qué no harían ellos
por aliviarnos a nosotros y Con cuánta
bondad sobrellevar nuestras miserias y
no les reservemos nada en sus
necesidades ni creamos nunca que hemos
empleado demasiado sufrimiento en las
incomodidades que nos ocasionen sus
cansados años este acendrado amor debe
naturalmente conducirnos a cubrirlos
siempre de honra contribuyendo por
cuantos medios estén a nuestro alcance a
su estimación social y ocultando
cuidadosamente de los extraños las
faltas a que como seres humanos pueden
estar sujetos porque la gloria del hijo
es el honor al Padre Nuestro respeto
debe ser profundo e inalterable sin que
podamos jamás permitirnos la más ligera
falta que lo profane aún cuando
lleguemos a encontrarlos alguna vez
apartados de la senda de la verdad y de
la justicia y aún cuando la desgracia
los haya condenado a la demencia o a
cualquier otra situación lamentable que
los despoje de la consideración de los
demás siempre son nuestros padres y a
nosotros no nos toca otra cosa que
compadecer losos llorar sus miserias y
colmar losos de atenciones delicadas y
de contemplaciones y respecto de nuestra
obediencia Ella no debe reconocer otros
límites que los de la razón y la moral
debiendo hacerles nuestras observaciones
de una manera dulce y respetuosa siempre
que una dura necesidad nos obligue a
separarnos de sus preceptos pero
guardémoslas
el creernos capaces de juzgar hállase en
fin comprendido en los deberes de que
tratamos el respeto a nuestros mayores
especialmente a aquellos a quienes la
venerable senectud acerca ya al término
de la vida y les da derecho a las más
rendidas y obsequiosas atenciones
también están aquí comprendidas nuestras
obligaciones para con nuestros maestros
a quienes debemos arriar obediencia y
respeto como delegados que son de
nuestros padres en el Augusto Ministerio
de ilustrar nuestro espíritu y formar
nuestro corazón en el honor la virtud si
en medio de la capacidad y la indolencia
de nuestros primeros años podemos a
veces desconocer todo lo que debemos a
nuestros maestros Y cuánta influencia
ejercen sus paternales desvelos en
nuestros futuros destinos el corazón
debe volver a ellos en la efusión de la
más pura gratitud y rendirles todos los
homenajes que les son debidos desde que
somos capaces de distinguir los rasgos
que caracterizan a nuestros verdaderos
amigos y bienhechores cuán venturosos
días debe esperar sobre la Tierra el
hijo amoroso y obediente el que ha
honrado a los autores de su existencia
el que los ha socorrido en el infortunio
el que los ha confortado en su
ancianidad los placeres del mundo serán
para él siempre puros como en la mañana
de la vida en la adversidad encontrará
los consuelos de la buena conciencia y
aquella fortaleza que desarma las hás de
la fortuna y nada habrá para él más
sereno y tranquilo que la hora de la
muerte seguro como está de haber hecho
el camino de la eternidad a la sombra de
las bendiciones de sus padres en aquella
hora Suprema en que ha de dar cuenta al
creador de de todas sus acciones los
títulos de un buen hijo aplacar la
justicia divina y le alcanzarán
misericordia dos deberes para con la
patria nuestra patria Generalmente
hablando Es toda aquella extensión de
territorio gobernada por las mismas
leyes que rigen en el lugar en que hemos
nacido donde formamos con nuestros
conciudadanos una gran sociedad de
intereses y sentimientos nacionales
Cuánto hay de grande cuanto hay de
sublime se encuentra comprendido en el
dulce nombre de Patria y nada nos ofrece
el suelo en que vimos la primera luz que
no esté para nosotros acompañado de
patéticos recuerdos y de estímulos a la
virtud al heroísmo y a la gloria las
ciudades los pueblos los edificios los
campos cultivados y todos los demás
signos y monumentos de la vida social
nos representan a nuestros antepasados y
sus esfuerzos generosos por el bienestar
y la dicha de su posteridad la infancia
de nuestros padres los sucesos inocentes
y sencillos que forman la pequeña y
siempre querida historia de nuestros
primeros años los talentos de nuestras
celebridades en las Ciencias y en las
artes los magnánimos sacrificios y las
proezas de nuestros grandes hombres los
placeres en fin y Los sufrimientos de
una generación que pasó y nos dejó sus
hogares sus riquezas y el ejemplo de sus
virtudes los templos esos lugares Santos
y venerables levantados por la Piedad y
el desprendimiento de nuestros
compatriotas nos traen constantemente el
recuerdo de los primeros ruegos y
alabanzas que dirigimos al creador
cuando el Celo de nuestros padres nos
condujo a a ellos por vez primera
contemplando con una emoción indefinible
Que también ellos desde niños elevaron
allí su alma a Dios y le rindieron culto
nuestras familias nuestros parientes
nuestros amigos todas las personas que
nos vieron nacer que desde nuestra
infancia conocen y aprecian nuestras
cualidades que nos aman y forman con
nosotros una comunidad de afectos doces
penas y esperanzas todo existe en
nuestra patria todo está en ella reunido
y en ella está vinculado nuestro
Porvenir y el De cuántos objetos nos son
caros en la vida después de estas
consideraciones fácil es comprender que
a nuestra patria todo lo debemos en sus
días serenos y bonancible en que nos
brinda solo placeres y contento le
manifestaremos nuestro amor guardando
fielmente sus leyes y obedeciendo a sus
magistrados prestándole en los destinos
públicos donde necesita de nuestras
luces y de nuestros desvelos para la
administración de los negocios del
estado contribuyendo con una parte de
nuestros bienes al sostenimiento de los
empleados que son necesarios para
dirigir la sociedad con orden y con
provecho de todos de los ministros del
culto de los hospitales y demás
establecimientos de beneficencia donde
se asilan los desvalidos y desgraciados
y en general contribuyendo a todos
aquellos objetos que requieren la
cooperación de todos los ciudadanos pero
en los momentos de conflicto cuando la
seguridad pública está amenazada cuando
la patria nos llama en su auxilio
nuestros deberes se aumentan con otros
de un orden muy superior entonces patria
cuenta con todos sus hijos sin
limitación y sin reserva Entonces los
gratos recuerdos adheridos a nuestro
suelo los sepulcros venerados de
nuestros antepasados los monumentos de
sus virtudes de su grandeza y de su
gloria nuestras esperanzas nuestras
familias indefensas los ancianos que
fijan en nosotros su mirada impotente y
acongojada y nos contemplan como sus
salvadores todo viene entonces a
encender en nuestros pechos el fuego
sagrado del heroísmo y a inspirarnos
aquella abnegación Sublime que conduce
al hombre a los peligros y a la
inmortalidad
nuestro reposo nuestra fortuna cuanto
poseemos nuestra vida misma pertenece a
la patria en sus angustias pues nada nos
es lícito reservarnos en común conflicto
muertos nosotros en defensa de la
sociedad en que hemos nacido ahí quedan
nuestras queridas familias y tantos
inocentes a quienes habremos salvado en
cuyos pechos inflamados de gratitud
dejaremos un recuerdo imperecedero que
se irá transmitiendo de generación en
generación ahí queda la historia de
nuestro país que inscribirá nuestros
nombres en el catálogo de sus bienes
chores ahí queda a nuestros
descendientes y a nuestros conciudadanos
todos Un noble ejemplo que imitar y que
aumentará los recuerdos que hacen tan
querido el suelo natal y respecto de
nosotros recibiremos sin duda en el
cielo el premio de nuestro sacrificio
Porque nada puede ser más recomendable
ante los ojos de Dios justiciero que ese
sentimiento en extremo generoso y
magnánimo que nos hace preferir la
salvación de la patria nuestra propia
existencia tres deberes para con
nuestros semejantes no podríamos llenar
cumplidamente el Suprema deber de amar a
Dios sin amar también a los demás
hombres que son como nosotros criaturas
suyas descendientes de unos mismos
padres y Redimidos todos en una misma
cruz y este amor Sublime que torma el
divino sentimiento de la Caridad
cristiana es el fundamento de todos los
deberes que tenemos para con nuestros
semejantes así como es la base de las
más eminentes virtudes sociales La
Providencia que en sus altas miras ha
querido estrechar a los hombres sobre la
tierra con fuertes vínculos que zcan y
fomenten la armonía que debe reinar en
la gran familia humana no ha permitido
que sean felices en el aislamiento ni
que encuentren en él los medios de
satisfacer sus más urgentes necesidades
las condiciones indispensables de la
existencia los reúnen en todas partes o
pena de perecer a manos de las fieras de
la inclemencia o de las enfermedades y
donde quiera que se ve una reunión de
seres humanos desde las más sulu cosas
poblaciones Hasta las Humildes cabañas
de las tribus salvajes hay un espíritu
de mutua benevolencia de mutua
consideración de mutuo auxilio más o
menos desarrollado y perfecto según es
la influencia que en ellas han podido
ejercer los sanos y civilizadores
principios de la religión y de la
verdadera filosofía fácil es comprender
todo lo que los demás hombres tienen
derecho a esperar de nosotros al solo
considerar cuán necesarios nos son ellos
a cada paso para poder sobrellevar las
miserias de la vida contrarrestar Los
embates de la desgracia ilustrar nuestro
entendimiento y alcanzar en fin la
felicidad que es el sentimiento in del
corazón humano pero el hombre generoso
El hombre que obedece a las sagradas
inspiraciones de la religión y de la
filantropía el que tiene la fortuna de
haber nutrido su espíritu en las claras
fuentes de la doctrina evangélica siente
en su corazón más nobles y elevados
estímulos para amar a sus semejantes
para extenderles una mano amiga en sus
conflictos y aún para hacer sacrificios
a su bienestar y a la mejora de su
condición social de aquí las grandes
virtudes cívicas de aquí el heroísmo de
aquí el martirio de esos estos varones
que en su misión apostólica han
despreciado la vida por sacar a los
hombres de las tinieblas de la
ignorancia y de la idolatría atravesando
los desiertos y penetrando en los
bosques por en medio de los peligros y
la muerte sin más armas que las palabras
de salvación sin más aspiraciones que la
gloria de Dios y el bien y la felicidad
de sus semejantes la benevolencia que
une los corazones con los dulces lazos
de la amistad y la fraternidad que
establece las relaciones que forman la
armonía social y ennoblece todos los
estímulos que nacen de las diversas
condiciones de la vida y la beneficencia
que asemejando al hombre a su Creador le
inspira todos los sentimientos generosos
que llevan el consuelo y la esperanza al
seno mismo de la desgracia y triunfan de
los ímpetus brutales del odio y la
venganza he aquí los dos grandes deberes
que tenemos para con nuestros semejantes
de los cuales emanan todas las demás
prescripciones de la religión y la moral
que tienen por objeto conservar el orden
la paz y la Concordia entre los hombres
como los únicos medios que pueden
asegurarles la felicidad en su corta
mansión sobre la Tierra y sembrar les de
virtudes y merecimientos el estrecho
camino de la vida futura digno es aquí
de contemplarse como la soberana bondad
que Dios ha querido manifestar en todas
sus obras ha encaminado estos deberes a
nuestro propio bien haciendo al mismo
tiempo de ellos una fuente inagotable de
los más puros y exquisitos placeres
debemos amar a nuestros semejantes
respetarlos honrarlos tolerar y Ocultar
sus miserias y debilidades debemos
ayudarlos a ilustrar su entendimiento y
a formar su corazón para la virtud
debemos socorrerlos en sus necesidades
perdonar sus ofensas y en suma proceder
para con ellas de la misma manera que
deseamos que ellos procedan para con
nosotros pero pueden acaso concebirse
sensaciones más Gratas que aquellas que
experimentamos en el ejercicio de estos
deberes los actos de benevolencia
derraman en el alma un copioso raudal de
tranquilidad y de dulzura que apagando
el incendio de las pasiones nos ahorra
las heridas punzantes y atormentador de
una conciencia pura y nos prepara los
innumerables goces con que nos brinda la
benevolencia de los demás el hombre
malévolo El irrespetuoso el que publica
las ajenas flaquezas el que cede
fácilmente a los arranques de la ira no
solo vive privado de tan Gratas
emociones y expuesto a cada paso a los
furores de la venganza sino que devorado
por los remordimientos de que ningún
mortal puede libertarse Por más que haya
conseguido habituarse al mal arrastra
una existencia miserable y lleva siempre
en su interior todas las inquietudes y
obras de esa guerra eterna que se
establece entre el sentimiento del deber
que como emanación de Dios jamás se
extingue y el desorden de sus pasiones
sublevadas a cuya torpe influencia ha
querido esclavizar y cómo pudiéramos
expresar dignamente las sublimes
sensaciones de la beneficencia Cuando
tenemos la dicha de hacer bien a
nuestros semejantes cuando respetamos
los fueros de la desgracia cuando
enjugar las lágrimas del desvalido
cuando satisfacemos el hambre o templ la
sed o cubrimos la desnudez del infeliz
que llega a nuestras puertas cuando
llevamos el consuelo al oscuro lecho del
mendigo cuando arrancamos una víctima al
infortunio nuestro corazón experimenta
siempre un placer tan grande tan intenso
tan indefinible que no alcanzarían a
explicarlo las más vehementes
expresiones del sentimiento es al autor
de un beneficio Al que está reservado
comprender la naturaleza y extensión de
los goces que produce y si hay algún
mortal que pueda leer en su frente y
concebir Sus emociones es el desgraciado
que lo recibe y ha podido medir en su
dolor la grandeza del alma que le
protege y le consuela lo mismo debe
decirse del deber soberanamente moral y
Cristiano de perdonar a nuestros
enemigos y de retribuirle sus ofensas
con actos sinceros en que resplandezca
aquel espíritu de amor magnánimo de que
tan alto ejemplo nos dejó El Salvador
del mundo tan solo el rendido cuyo
enemigo le alarga una mano generosa al
caer a sus pies y el que en cambio de
una injuria ha llegado a recibir un
beneficio pueden acaso comprender los
goces sublimes que experimenta el alma
noble que que Perdona y bien pudiera
decirse que aquel que todavía no ha
perdonado a un enemigo aún no conoce el
mayor de los placeres de que puede
disfrutar el hombre sobre la Tierra el
estado del alma después que ha triunfado
de los ímpetus del rencor y del odio y
queda entregada a la Dulce calma que
restablece en ella el Imperio de la
Caridad evangélica nos representa el
cielo despejado y sereno que se ofrece a
nuestra vista alegrando a los mortales y
a la naturaleza entera después de los
horrores de La tempestad el hombre
vengativo en sí mismo todos los gérmenes
de la desesperación y la desgracia en el
corazón del hombre Clemente y generoso
reinan la paz y el contento y nacen y
fructifican todos los grandes
sentimientos la primera palestra de la
virtud es el hogar paterno ha dicho un
célebre moralista y esto nos indica cuán
solícitos debemos ser por el bien y la
honra de nuestra familia el que en el
seno de la vida doméstica ama y protege
a sus hermanos y demás parientes y ve en
ellos las personas que después de sus
padres son las más dignas de sus
respetos y atenciones no puede menos que
encontrar allanado y fácil el camino de
las virtudes sociales y hacerse apto
para dar buenos ejemplos a sus hijos y
para regir dignamente la familia a cuya
cabeza le coloquen sus futuros destinos
el que sabe guardar las consideraciones
domésticas guardará mejor las
consideraciones sociales pues la
sociedad No es otra cosa que una
ampliación de la propia familia y bien
desgraciada debe ser la suerte de aquel
que desconozca la especialidad de estos
deberes porque los extraños no pudiendo
esperar nada del que ninguna preferencia
concede a los suyos le mirarán como
indigno de su estimación y llevará una
vida errante y solitaria en medio de los
mismos hombres y si tan sublimes son
estos deberes cuando los ejercemos sin
menoscabo de nuestra Hacienda de nuestra
tranquilidad y sin comprometer nuestra
existencia a cua altura no se elevará el
corazón del hombre que por el bien de
sus semejantes arriesga su fortuna sus
comodidades y su vida misma estos son
los grandes hechos que proclama la
historia de todas las naes Y de todos
los tiempos como los timbres Gloriosos
de aquellos Héroes sin mancha a quienes
consagra el título imperecedero de
bienhechores de la humanidad y es en su
abnegación y es su ardiente amor a los
hombres donde se refleja aquel amor
incomparable que condujo al divino
Redentor a morir en los horrores del más
bárbaro suplicio busquemos Pues en la
Caridad cristiana la fuente de todas las
virtudes sociales pensemos siempre que
no es posible amar a Dios sin amar
también al hombre que es su criatura
predilecta y que la perfección de este
amor está en la beneficencia y en el
perdón a nuestros enemigos y veamos en
la práctica de estos deberes no solo el
cumplimiento de mandato divino sino el
más poderoso medio de conservar el orden
de las sociedades encaminándose
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