El cerebro intestinal: psicogastroenterología. Dr. Sergio Oliveros Calvo, Psiquiatra. Madrid
Summary
TLDREl video explora la profunda conexión entre el sistema digestivo y el emocional, describiendo cómo las emociones afectan nuestras tripas y viceversa. Se destaca la relación entre el intestino y el cerebro, y cómo muchas enfermedades psiquiátricas y digestivas están interrelacionadas. El intestino humano, con sus millones de neuronas, se denomina 'el segundo cerebro', y su comunicación con el cerebro principal es clave. Se analiza cómo las terapias psicológicas pueden mejorar afecciones como el colon irritable y se menciona la importancia de la microbiota intestinal en la salud global.
Takeaways
- 😊 Las emociones no solo se sienten en la cabeza, sino también en el aparato digestivo, que refleja nuestros estados emocionales.
- 😨 Situaciones de miedo o estrés pueden desencadenar diarrea, vómitos o gases, lo que muestra la conexión entre el intestino y las emociones.
- 🧠 El intestino y el sistema nervioso central comparten un origen embrionario común, lo que explica su interrelación.
- 🍽️ Cocinar los alimentos ha permitido el desarrollo del cerebro humano al reducir el esfuerzo digestivo, según el investigador Heribert Watzke.
- 🦠 El intestino humano alberga más de 100 millones de neuronas y produce la mayor parte de la serotonina y dopamina del cuerpo.
- 🌐 Enfermedades como el autismo, la ansiedad y la depresión tienen manifestaciones intestinales, y viceversa, enfermedades intestinales pueden preceder trastornos psicológicos.
- 😷 Trastornos como la epilepsia intestinal y la migraña intestinal, aunque raros, son ejemplos de cómo el intestino puede tener afecciones neurológicas propias.
- 🧬 El intestino actúa como una defensa inmunológica y alberga el microbioma, que juega un papel crucial en la digestión y en la producción de productos metabólicos.
- 🔄 La comunicación entre el cerebro y el intestino es bidireccional a través del nervio vago, que transmite en su mayoría información del intestino al cerebro.
- 💊 El trasplante de heces y el uso de probióticos son terapias emergentes para tratar enfermedades neurológicas, psiquiátricas y otras mediante la manipulación de la flora intestinal.
Q & A
¿Qué significa que los pacientes entienden algo con la cabeza pero no con las 'tripas'?
-Esto se refiere a que los pacientes pueden comprender una situación racionalmente, pero no logran procesarla emocionalmente. El aparato digestivo, al estar conectado con nuestras emociones, refleja esta desconexión.
¿Por qué el aparato digestivo puede expresar nuestros sentimientos y estados de ánimo?
-El aparato digestivo y el sistema nervioso central tienen un origen embrionario común, lo que significa que comparten muchas estructuras y tipos de células, permitiendo que el intestino refleje nuestras emociones y estados de ánimo.
¿Qué papel juega la cocina en la evolución del cerebro humano?
-Cocinar los alimentos ha reducido los requisitos energéticos para la digestión, permitiendo un mayor desarrollo del cerebro humano. Por ello, se sugiere que no solo somos omnívoros, sino 'coquívoros', es decir, seres que cocinan sus alimentos.
¿Cuántas neuronas se encuentran en el intestino humano y qué importancia tienen?
-El intestino humano contiene aproximadamente 100 millones de neuronas de 25 tipos diferentes, casi tantas como el cerebro de un mamífero mediano, lo que resalta su complejidad y su papel crucial en funciones emocionales y físicas.
¿Qué relación existe entre las enfermedades psiquiátricas y las enfermedades intestinales?
-Existen enfermedades psiquiátricas como la ansiedad y la depresión que muestran manifestaciones intestinales, y viceversa, enfermedades intestinales como la colitis ulcerosa presentan una mayor incidencia de trastornos psiquiátricos como la alexitimia y la ansiedad.
¿Qué papel juega la serotonina y la dopamina en el intestino?
-El intestino es responsable del 95% de la actividad corporal de serotonina y más del 50% de la actividad de dopamina, lo que demuestra su influencia en el estado de ánimo y el bienestar emocional.
¿Por qué se considera al intestino como un 'segundo cerebro'?
-El intestino se considera un 'segundo cerebro' debido a su compleja red de neuronas y su constante comunicación bidireccional con el cerebro, influyendo en nuestra salud emocional y física.
¿Qué relación tiene el nervio vago con la comunicación entre el intestino y el cerebro?
-El nervio vago, que se pensaba solo conducía señales desde el cerebro al intestino, en realidad envía el 90% de las señales en la dirección opuesta, desde el intestino al cerebro, mostrando la fuerte conexión entre ambos.
¿Cómo podría el estudio del intestino ayudar en la predicción de enfermedades neurológicas?
-El estudio de la fisiopatología intestinal podría anticipar la aparición de enfermedades neurológicas como la esquizofrenia o el Parkinson, dado el papel crucial del intestino en la salud general.
¿Cómo puede el tratamiento de conflictos emocionales mejorar los síntomas intestinales?
-Resolver conflictos emocionales inconscientes puede llevar a una mejora significativa de los síntomas intestinales, como se observó en un paciente con colon irritable que mejoró tras recibir psicoterapia.
Outlines
🧠 El vínculo entre el aparato digestivo y las emociones
El aparato digestivo es una pantalla de expresión de nuestro mundo emocional. Esto explica por qué muchas personas experimentan problemas digestivos ante emociones intensas, como diarrea después de una situación aterradora o vómito tras un encuentro desagradable. El sistema nervioso central y el tubo digestivo comparten un origen embrionario, lo que explica las conexiones entre el cerebro y el intestino. A lo largo de los siglos, cocinar los alimentos ha reducido el esfuerzo digestivo y ha permitido el desarrollo del cerebro. Se destaca la importancia de la serotonina y la dopamina, neurotransmisores clave que también se producen en gran medida en el intestino. Existen relaciones documentadas entre trastornos como el autismo, la ansiedad y la depresión, y manifestaciones intestinales. De manera inversa, enfermedades intestinales como la colitis ulcerosa y el síndrome del intestino irritable tienen una mayor prevalencia de trastornos psiquiátricos como la alexitimia, la ansiedad y la depresión.
🔄 El intestino como el 'segundo cerebro'
El intestino se comunica constantemente con el cerebro a través del nervio vago, y recientes investigaciones han demostrado que el 90% de las fibras de este nervio envían información desde el intestino hacia el cerebro, y no al revés, como se pensaba anteriormente. Este descubrimiento podría abrir la puerta a nuevas formas de anticipar y tratar enfermedades neurológicas como la esquizofrenia, el Parkinson o la demencia mediante estudios de la fisiopatología intestinal. Además, se investiga la posibilidad de manipular la flora intestinal con alimentos probióticos o incluso mediante trasplantes de heces congeladas y encapsuladas para tratar enfermedades neurológicas, psiquiátricas, endocrinológicas y reumatológicas. Se describe el caso de un paciente que mejoró notablemente sus síntomas de colon irritable tras resolver sus conflictos emocionales mediante psicoterapia, subrayando la relación entre el bienestar emocional y la salud digestiva.
Mindmap
Keywords
💡Intestino
💡Sistema nervioso central
💡Serotonina
💡Microbiota intestinal
💡Nervio vago
💡Psico-neurogastroenterología
💡Colon irritable
💡Flora intestinal
💡Enfermedades psiquiátricas
💡Trasplante de heces
Highlights
Los pacientes suelen mencionar que aunque entiendan algo racionalmente, les cuesta comprenderlo emocionalmente, lo que se refleja en el aparato digestivo.
El sistema nervioso central y el tubo digestivo tienen un origen embrionario común, compartiendo estructuras y tipos de células.
La cocina ha reducido los requisitos energéticos para la digestión, permitiendo el desarrollo del cerebro humano.
El intestino humano tiene alrededor de 100 millones de neuronas, de 25 tipos diferentes, casi tantas como el cerebro de un mamífero de tamaño medio.
El intestino produce el 95% de la serotonina y más del 50% de la dopamina del cuerpo.
Enfermedades como el autismo, la ansiedad y la depresión tienen manifestaciones intestinales específicas.
Enfermedades intestinales como la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn tienen una mayor frecuencia de trastornos psiquiátricos como la ansiedad y la depresión.
En el colon irritable, aparecen más frecuentemente enfermedades como el trastorno por crisis de angustia y la fobia social.
Existen trastornos neurológicos propios del tubo digestivo, como la epilepsia intestinal y la migraña intestinal.
El intestino se considera un 'segundo cerebro' debido a su compleja red neuronal y su influencia en el estado emocional y mental.
El intestino juega un papel crucial en la defensa inmunológica y el desarrollo de tolerancia a bacterias beneficiosas.
Se investiga si la flora intestinal influye en enfermedades neurológicas y psiquiátricas, pudiendo manipularse con probióticos o trasplante de heces.
El nervio vago, que conecta el intestino con el cerebro, contiene un 90% de fibras aferentes que envían información del intestino al cerebro.
Es posible que en el futuro se anticipe la aparición de enfermedades como el Parkinson o la esquizofrenia mediante el estudio de la fisiopatología intestinal.
Un paciente con colon irritable mejoró notablemente sus síntomas tras resolver conflictos inconscientes mediante psicoterapia.
Transcripts
Con frecuencia mis pacientes refieren que, aunque entiendan algo con la cabeza,
les cuesta entenderlo con las "tripas".
Es, sin duda, un fenómeno que se refiere a que no lo pueden, todavía,
entender emocionalmente y lo hacen señalando a una de las grandes pantallas
de expresión de nuestro mundo emocional que es nuestro aparato digestivo.
No es raro tener una diarrea tras una situación aterradora
en la que hayamos pasado mucho miedo,
un vómito tras un encuentro con una persona indeseable
o una crisis de meteorismo tras una discusión con un superior
al que hayamos, por ejemplo, deseado arrancarle algo más, realmente, que la .
Nuestras tripas expresan sentimientos y
también expresan nuestros estados de ánimo.
Tanto el sistema nervioso central como el tubo digestivo
tienen un origen embrionario común,
es decir, vienen de las mismas células embrionarias
por lo que comparten muchas estructuras y tipos de células
y así el intestino humano es tan diferente al del resto
de los animales como lo es el cerebro.
A través de miles de años nos hemos acostumbrado
a cocinar todo lo que comemos
lo que, al reducir los requisitos energéticos para
la digestión (ya predigerimos los alimentos con la cocina)
ha permitido el desarrollo descomunal de nuestro cerebro.
Quizá por eso, el investigador Heribert Watzke sostiene
que no deberíamos ser denominados omnívoros
(comemos de todo)
sino "coquívoros" del latín coquere, cocinar,
que significa que cocinamos todo y que
es esa es la diferencia.
Sólamente en el intestino hay unos 100 millones de neuronas
y éstas son de unos 25 tipos diferentes
casi tantos como los que tiene el cerebro de un mamífero de tamaño medio
como un gato o un cerdo
y suponen más que las que tiene la médula espinal
Lo sorprendente es que en el intestino se produzca
el 95% de la actividad corporal de serotonina
o más del 50% de la actividad de la dopamina.
Hay muchas enfermedades como el autismo, la ansiedad o la depresión
que tienen manifestaciones intestinales específicas
y, de forma inversa, enfermedades intestinales como
la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn
en las cuales se presenta una mayor frecuencia
que en la población general de
enfermedades psiquiátricas como son,
muy características, la
alexitimia, el perfeccionismo, el elevado neuroticismo
la ansiedad y la depresión, que siempre preceden
a la enfermedad, no son consecuencias de la enfermedad.
En el colon irritable aparecen otras enfermedads mas frecuentemente que en la población general
el trastorno por crisis de angustia, el trastorno por ansiedad generalizada
la fobia social, la depresión mayor o la distimia
Por último hay trastornos neurológicos
propios, por decirlo así, del tubo digestivo
como es la epilepsia intestinal (una forma extraña)
o la migraña intestinal, también poco frecuente.
Por eso muchos científicos empiezan a llamar
a nuestro intestino nuestro "segundo cerebro"
y es por eso frecuente que encontremos cada vez más
artículos de psico y neurogastroenterología
y que se incorporen cada vez más a los a los equipos
de gastroenterología
profesionales de psicología o psiquiatría
para completar el conocimiento.
Y no es para menos, nuestro cerebro tiene una
importante sucursal en el intestino
El tubo digestivo lleva, como es lógico,
hacia dentro del organismo los alimentos buenos
y expulsa mediante el vómito o la defecación
los residuos, o los alimentos tóxicos, ya digeridos.
Tiene además una función fundamental en la
defensa inmunológica frente a las baterias nocivas
y al desarrollo de tolerancia hacia las bacterias
de las cuales nos podemos beneficiar o con las que nos
podemos asociar.
Hay que tener en cuenta que nuestro organismo tiene
unos 2 Kg de bacterias y que la mayor parte se encuentrá en el intestino,
es la llamada flora intestinal, microbiota intestinal o microbioma
y es la responsable, en gran parte,
de la digestión de los alimentos pero también de
producir productos metabólicos, a veces tóxicos,
a partir de alimentos que pueden dañar el intestino
o también órganos tan distantes como
las articulaciones, el cerebro o el páncreas.
Se está investigando si la diabetes, por ejemplo, está
causada por una toxina intestinal.
Por eso el pan, un alimento tan sencillo como el pan,
puede desencadenar una tormenta intestinal
en un sujeto celiaco probablemente por toxinas
producidas en el metabolismo bacteriano intestinal del gluten.
Por último, el intestino tiene una constante comunicación
de ida y vuelta con nuestro cerebro
a través del nervio vago.
Hasta hace 10 años se pensaba que este nervio
contenía solamente fibras eferentes, fibras que regulaban
la motilidad desde el cerebro
pero se ha descubierto que, al contrario de lo que se
sabía, el 90% de las fibras que contiene el nervio vago
conducen al revés, conducen información desde
el intestino hasta el cerebro.
Siguen un camino inverso.
No sería raro, entonces, que dentro de unos años
podamos anticipar la aparición de una esquizofrenia
o una enfermedad de Parkinson o de una demencia
a través de un estudio de la fisiopatología intestinal
y quizá también podamos manipular la flora intestinal
mediante alimentos
de tipo probiótico o incluso, como se está haciendo
recientemente , trasplante de heces congeladas y
y encapsuladas para evitar la destrucción en el
estómago, y que colonicen la flora intestinal para
el tratamiento de enfermedades neurológicas
psiquiátricas, endocrinológicas o reumatológicas.
Traté hace años mediante psicoterapia a un paciente
que había fracasado con múltiples gastroenterólogos
en el la mejoría de sus muy molestos síntomas intestinales,
era un colon irritable realmente grave.
A medida que fue resolviendo sus conflictos inconscientes
fueron mejorando sus síntomas intestinales
de una manera clara.
Al principio del tratamiento era una persona incapaz de
amar, no tenía ninguna esperanza de llegarlo a hacer
en su vida
y, sin embargo, terminó el tratamiento enamorándose
de una mujer y viendo cómo habían desaparecido por
completo todos sus síntomas intestinales.
Me contó en una de las últimas sesiones
que su declaración de amor a esta mujer,
restando importancia a su corazón, fue
"Patricia, te quiero con todo mi colon"
Pues nada, muchas gracias, con esto terminamos,
esperamos haberles aportado una información útil
y les invitamos a suscribirse a nuestro canal de Youtube
y visitar nuestra página www.grupodoctoroliveros.com
donde podrán ver las entradas de nuestro blog,
los servicios que ofrecemos y las patologías que tratamos
Muchas gracias.
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