Cuando sabes quien eres, sabes lo que tienes que hacer | Alejandra Acosta | TEDxYouth@Valladolid
Summary
TLDREn este discurso emotivo, la oradora reflexiona sobre la desnutrición emocional en la sociedad moderna. Expone cómo la falta de vulnerabilidad, empatía y una identidad definida contribuyen a esta carencia profunda. A través de su experiencia personal, relata cómo el miedo a mostrarse auténtico la llevó a aislarse, pero que, al abrazar su vulnerabilidad, encontró libertad y conexiones genuinas. Al final, destaca la importancia de actuar para mejorar el mundo y cómo decidió estudiar trabajo social para ser parte del cambio necesario. Su mensaje inspira autenticidad y acción.
Takeaways
- 🍽️ La hambre emocional y espiritual es una necesidad profunda que muchas veces se ignora a favor de la atención a necesidades físicas.
- 🧠 La sociedad actual no siempre valora adecuadamente el ejercicio y el cuidado de nuestra parte emocional y espiritual.
- 🤔 La autora reflexiona sobre la importancia de atender a las tres partes del ser humano: cuerpo, mente y alma.
- 🏃♀️ La vida acelerada y la falta de vulnerabilidad en la sociedad actual dificultan el autoconocimiento y la conexión emocional con uno mismo y con los demás.
- 📵 La dependencia de las redes sociales y la comunicación digital puede llevar a una vida superficial y a la falta de empatía.
- 🤝 La empatía y la autenticidad en las relaciones son fundamentales para una comunidad saludable y para enfrentar la soledad.
- 🆘 La identidad no definida y la falta de autenticidad en las personas pueden conducir a la sensación de pérdida y a la falta de propósito.
- 🌟 La vulnerabilidad es un poderoso herramienta para la conexión y la autenticidad, y no una debilidad.
- 🌱 La autora comparte su experiencia personal de superación y crecimiento a través de la vulnerabilidad y la búsqueda de su identidad.
- 🌐 Al conocerse a uno mismo y ser consciente de las necesidades de los demás, se puede actuar como agente de cambio en la sociedad.
Q & A
¿A qué tipo de 'hambre' se refiere la autora al inicio del discurso?
-La autora se refiere a un hambre emocional y espiritual, no a la física. Habla de una necesidad más profunda que afecta la mente y el alma.
¿Cuál es la relación entre cuerpo, mente y alma según la autora?
-La autora menciona que somos cuerpo, mente y alma, siguiendo una idea de Platón, y sugiere que es importante darles a cada una de estas partes la atención que merecen.
¿Por qué la autora cree que la sociedad está 'desnutrida' emocionalmente?
-Ella cree que la sociedad está desnutrida porque no se le da la importancia suficiente a las emociones. Los altos niveles de ansiedad, suicidios y trastornos alimenticios son señales de que algo está fallando a nivel emocional.
¿Qué papel juega la vulnerabilidad en la sociedad actual según la autora?
-La autora menciona que la falta de vulnerabilidad es uno de los principales problemas de la sociedad moderna. La gente tiene miedo de mostrarse tal como es porque lo ve como una debilidad, lo cual impide relaciones profundas y auténticas.
¿Cómo la falta de vulnerabilidad afecta nuestras relaciones sociales?
-La falta de vulnerabilidad provoca relaciones superficiales, donde las personas usan máscaras y no se muestran como son realmente. Esto impide un verdadero intercambio emocional y reduce la empatía.
¿Qué impacto tiene la pérdida de empatía en la sociedad según el discurso?
-La pérdida de empatía, combinada con relaciones superficiales, ha llevado a una sociedad donde, a pesar de estar rodeados de gente, muchos se sienten solos y desconectados emocionalmente.
¿Cómo afecta una 'identidad no definida' a las personas?
-Una identidad no definida provoca que las personas se sientan perdidas e inseguras sobre sus metas y su propósito. Esto afecta su capacidad de establecer relaciones auténticas y alcanzar sus objetivos.
¿Cómo fue la experiencia personal de la autora con la vulnerabilidad?
-La autora compartió que durante su adolescencia se aisló debido a la presión de mostrar una imagen falsa de sí misma. Sin embargo, cuando alguien decidió conocerla de verdad, aprendió el poder de la vulnerabilidad y se dio cuenta de que ser auténtica la hacía más fuerte y libre.
¿Cuál fue la reacción de las personas cuando la autora decidió mostrarse auténtica?
-Hubo dos reacciones: algunas personas se sintieron incómodas con su vulnerabilidad y rechazaron esa profundidad. Pero otras personas respondieron positivamente, mostrando también su vulnerabilidad y compartiendo sus luchas, lo que fortaleció las relaciones.
¿Qué lección aprendió la autora después de interactuar de manera más auténtica con los demás?
-Aprendió que no está sola en el mundo, y que al ser transparente con los demás, recibía lo mismo a cambio. Esto la enriqueció personalmente y le permitió formar relaciones más profundas y significativas.
Outlines
🍃 La sed de identidad y conexión emocional
El discurso comienza con una reflexión sobre la 'hambre emocional' y espiritual, contrastando con la hambre física. Se hace referencia a la importancia de cuidar el cuerpo, la mente y el alma, citando a Platón. La oradora cuestiona si prestamos la debida atención a nuestras emociones, y plantea problemas como el suicidio, la ansiedad y los trastornos alimenticios como señales de una atención insuficiente. Expone su teoría de que vivimos en una sociedad 'desnutrida', donde se impone a los niños lo que deben sentir y pensar, lo que lleva a una comprensión limitada de las emociones. Identifica tres factores que apoyan su teoría: la falta de vulnerabilidad, la pérdida de empatía y una identidad no definida.
📱 La importancia de la vulnerabilidad y la autenticidad
La oradora comparte su experiencia personal de aislamiento social y adicción a las redes sociales, lo que la llevó a sentirse sola y a reconocer la importancia de ser vulnerable. Describe cómo la vulnerabilidad la hizo sentir poderosa y consciente de sus defectos, pero también digna de amor y aceptación. Decidió retomar relaciones de manera auténtica, lo que le mostró que no estaba sola y que la autenticidad en las interacciones enriquece la vida. A través de su historia, aprendió a valorar las relaciones profundas y a reconocer que no es el centro del universo, sino parte de una comunidad más amplia que requiere su atención y contribución.
🌟 La juventud como agente de cambio social
En el último párrafo, la oradora enfatiza que la juventud tiene el poder de ser agentes de cambio, independientemente de su campo de estudio. A pesar de su juventud y la falta de recursos para resolver grandes problemas como la esclavitud o la exclusión social, cree firmemente en la importancia de su voz y su papel en la sociedad. Consciente de sus propias limitaciones, decide estudiar trabajo social como una forma de responder a las necesidades de su comunidad. El discurso concluye con una llamada a la acción para que los jóvenes se unan a la lucha por un cambio social, utilizando sus talentos y pasiones para mejorar el mundo.
Mindmap
Keywords
💡Hambre emocional
💡Vulnerabilidad
💡Desnutrición emocional
💡Empatía
💡Superficialidad
💡Identidad
💡Relaciones auténticas
💡Sociedad instantánea
💡Aislamiento
💡Autenticidad
Highlights
La hambre emocional y espiritual es más profunda que la hambre física.
La importancia de cuidar el cuerpo, la mente y el alma según Platón.
La reflexión sobre si damos la debida importancia a nuestras emociones.
La conexión entre la falta de atención a las emociones y problemas como el suicidio y los trastornos alimenticios.
La sociedad actual es descrita como desnutrida emocionalmente.
La falta de vulnerabilidad en la sociedad moderna y su impacto en la vida personal.
La vida acelerada y la dificultad para reflexionar y conectar con uno mismo.
La importancia de la vulnerabilidad y cómo es percibida como debilidad en lugar de fortaleza.
La pérdida de la empatía en las relaciones sociales superficiales.
La identidad no definida y cómo afecta nuestra percepción de nosotros mismos y nuestras metas.
La experiencia personal de la oradora con la adicción a las redes sociales y su impacto en la vida social.
La decisión de aislarse socialmente y el impacto en la auto percepción.
La revelación del poder de la vulnerabilidad y cómo hacernos más poderosos al ser auténticos.
La retomada de relaciones y la autenticidad como elemento clave en el intercambio de experiencias.
La importancia de la empatía y la conexión con las necesidades de los demás.
La elección de estudiar trabajo social como respuesta a las necesidades sociales identificadas.
El llamado a la acción de ser agentes de cambio independientemente de la profesión que se elija.
La determinación de la oradora a no callarse y a usar su voz como herramienta de cambio.
Transcripts
Transcriptor: Chris Araujo Revisor: Denise RQ
¿Alguna vez te has dado cuenta de que tienes hambre?
¿Te has sentido vacío?
¿Te has dado cuenta de que hay algo que te falta?
No estoy hablando de hambre física.
Me refiero a un hambre mucho más profunda,
a un hambre emocional, a un hambre espiritual.
Supongo que no cuento nada nuevo
cuando afirmo que somos cuerpo, mente y alma.
Ya lo dijo Platón.
Ahora bien, últimamente me he estado preguntando,
si le damos a estas tres partes la importancia que realmente tienen.
Entiendo, que cuando comemos, cuando hacemos deporte,
ejercitamos nuestra parte física.
Cuando estudiamos, cuando aprendemos, ejercitamos nuestra parte intelectual.
¿Qué hay de las emociones?
Si las estamos ejercitando correctamente, ¿de dónde vienen los suicidios?
¿De dónde viene la ansiedad? ¿De dónde vienen los trastornos alimenticios?
Es evidente, que hay una parte muy profunda de nosotros
que está reclamando atención.
Pero es incomodo escucharla, así que la silenciamos.
Desde muy joven, me he estado haciendo preguntas de estas,
he estado cuestionándome sobre esto.
Y he llegado a la conclusión de que nos encontramos en una sociedad desnutrida.
Me impresiona mucho el comportamiento humano,
me fascina como somos capaces de adaptar determinas conductas.
Sin embargo,
me encontré en una etapa de mi vida, cuando era más pequeña,
en la que los adultos me imponían lo que tenía que decir,
lo que tenía que pensar, hasta lo que tenía que sentir.
Me hablaban de emociones como si fueran buenas o malas,
cuando al final, ¿no son sólo eso: emociones?
Repito, esto me llevó a pensar que no estamos en una cultura desnutrida,
la importancia que le estamos dando a las emociones es muy poca.
Y he encontrado tres factores que apoyan mi teoría.
El primero es la falta de vulnerabilidad.
Nos encontramos en una sociedad microondas, de lo instantáneo.
Lo queremos todo bueno, barato, y a ser posible que no implique esfuerzo.
Vamos corriendo a todas partes. No tenemos un segundo para estar quietos.
Esta tendencia, ha vivir deprisa, nos deja muy poco espacio para la reflexión,
nos deja poco espacio para examinarnos, para preguntarnos a dónde vamos,
de dónde venimos, qué hacemos.
Nos vemos inmersos en el ritmo frenético de la vida,
pero nos dejamos envolver por éste,
porque es muy incómodo quedarnos a solas con nosotros mismos.
Es incómodo quedarnos en silencio.
Decidme, ¿cuánto tiempo destináis al día para apagar el Twitter,
para apagar el Facebook, para dejar de enviar correos electrónicos,
y os sentáis a pensar sobre vuestros fallos, sobre vuestro defectos,
sobre vuestras causas más profundas?
Supongo, que es muy incómodo tener que darte cuenta
de que hay cosas en tu vida que no funcionan,
de que hay carencias, de que hay vacíos.
Supongo que es todavía más incómodo, tener que pedir ayuda,
decirle a los demás que: "Hay partes de mi que no son tan agradables,
que no son tan buenas, que no son tan bonitas".
Supongo que es todavía más incómodo ser vulnerable,
porque lo entendemos como debilidad.
Es incómodo se humano ¿verdad?
El segundo factor que apoya mi teoría es la perdida de la empatía.
Somos seres sociales, creo que es un hecho, vivimos en sociedad.
Ahora bien, ¿alguien me puede explicar,
por qué estamos en una de las sociedades más concentradas de nuestro tiempo,
en la que apenas hay espacio para respirar
porque siempre tenemos a alguien alrededor y nos sentimos más solos que nunca?
Yo creo, que esto se debe, a la superficialidad de las relaciones.
Para mí, el ideal de una relación sana implica transparencia,
implica un intercambio de cualidades y experiencias que el otro no tiene.
Esto enriquece.
No obstante, el modo en el que nos relacionamos
es opuesto a la vulnerabilidad.
Si yo, me muestro ante alguien con una careta
y recibo esa misma falta de transparencia a cambio, ¿qué beneficio estoy obteniendo?
¿Dónde está el intercambio?
¿Cómo puedo ponerme en los zapatos de una persona que no conozco?
Como veréis, la falta de profundidad en las relaciones, la superficialidad,
lo único que genera es falta de empatía.
Y para mí, vivir en comunidad implica empatía.
¿Dónde está la comunidad?
A estos dos factores se suma uno.
Y es una identidad no definida.
Sé que cuando hablamos de personas, pocas cosas atienden a un patrón fijo.
Pero creo que cuando no somos capaces de mostrarnos ante otros
como realmente somos, hay algo que falla.
Y lo que falla es que tenemos una concepción errónea de nosotros mismos.
¿Cuánta gente tenéis alrededor con autentica vocación?
Desafortunadamente, yo tengo muy poca.
Esto me dice, que cuando no tenemos una identidad definida,
nos sentimos perdidos, estamos inseguros.
Si no sabes quien eres ¿cómo sabes a dónde puedes llegar?
La consecución de metas, objetivos sueños, se complica mucho.
Sé que estos tres factores pueden sonar desesperanzadores.
Para mí, es un hecho que estamos en una cultura desnutrida emocionalmente.
Yo he estado desnutrida.
Yo no me he atrevido a ser vulnerable, no sabía quien era, no he sido empática.
Por eso sé que tiene solución.
Como jóvenes podemos romper este círculo.
Así que me gustaría compartir mi experiencia personal con vosotros.
Cuando tenía 13 años, era una adicta a las redes sociales.
Estaba constantemente enganchada al Twitter, al Tuenti, al Facebook,
enviando correos electrónicos, SMSs.
Cuando no estaba haciendo esto, me encontraba saliendo con gente de mi edad
y éstas salidas tenían una característica muy visible,
es que eran cómodas.
Eran cómodas porque no tenía que exponerme,
eran cómodas porque no tenía que hablar de nada profundo.
Me dedicaba a pasar el rato, a hablar de superficialidades, a reírme.
Funcionaba, estaba bien por un tiempo,
pero después llegaba a mi casa, llegaba a la soledad de mi habitación,
y me encontraba con mis inseguridades, con mis miedos,
con aquellas cosas de mi vida que no me gustaban.
Y se me caía la careta de Ale sociable y divertida, de Ale feliz.
Me daba cuenta de que no era feliz porque nadie me quería como realmente era.
No me conocían.
Esto me llevó a sentirme sola.
Tomé una decisión, muy poco sabia y que no recomiendo,
y fue que me aislé.
Estaba muy cansada de tener que llevar una careta de alguien que no era yo.
Estaba cansada de fingir.
Así que decidí que tener relaciones ya no merecía más la pena.
Me aislé por completo de la escena social
y por suerte apareció alguien que estuvo dispuesto a romper todos mis muros,
todas mis barreras, a conocerme tal y como era.
Al final, a la fuerza, de me dejé conocer.
Este conocimiento me dio una lección vital
y es la del poder de la vulnerabilidad.
Me enseñó que nada merecerá más la pena
que rodearme de gente que me conoce tal y como soy, y aún así me quiere.
Me enseñó que nada merece más la pena que ser vulnerable
porque no significa ser débil.
Todo lo contrario: ser vulnerable me hace poderosa.
Me hace ser consciente de que tengo defectos, de que tengo fallos.
Pero aún así, no soy menos digna de amor y aceptación.
Esto me hace auténtica, me hace libre.
Me hace sentir querida.
Cuando pude identificar todos estos sentimientos,
entendí que no merecía más la pena estar sin relacionarme,
sólo necesitaba interactuar de otro modo con las personas.
Ésta vez sin caretas.
Así que retomé aquellas relaciones que había tenido alguna vez,
y que no habían sido transparentes.
Y decidí ser auténtica con ellos.
Obtuve dos tipos de reacciones:
La primera fue un círculo de personas
que no estuvieron de acuerdo con mi vulnerabilidad.
Les resultaba incómodo hablar de temas profundos. No querían exponerse.
A lo mejor se veían confrontados,
a lo mejor no veían la vulnerabilidad necesaria, no lo sé.
Yo me quedo con la segunda reacción.
Fue un grupo de personas que reaccionó conmigo de forma abierta, auténtica.
Cuando yo contaba mis problemas, respondían con vulnerabilidad.
Ellos también se abrían. Me contaban sus luchas.
Esto me dio dos lecciones: no estoy sola en el mundo,
cuando yo interactúo, cuando yo soy transparente con otros,
recibo lo mismo a cambio.
Recibo ese intercambio de cualidades y experiencias del que hablaba antes.
Ahora bien, esto obviamente me enriquece.
Sin embargo, aunque no estoy sola en el mundo, no soy el centro del universo.
Muchas de las personas con las que me relaciono,
tienen carencias mucho más grandes que las mías.
¿Para qué estás aquí, para satisfacer solo tus necesidades?
Me dí cuenta que no era ése el motivo por el que estaba aquí,
así que dejé mis redes sociales y mi móvil a un lado
y salí a la calle, a la comunidad.
Empecé a ver las noticias. Empecé a leer el periódico.
Empecé a ser consciente de todas las cosas que había afuera,
a las qué yo no había abierto los ojos porque no me interesaba relacionarme.
Vi esclavitud en el siglo XXI. Es la cifra más alta de la historia.
Vi trastornos alimenticios
en las compañeras de clase con las que me relacionaba.
Vi una espiral de soledad en las personas mayores, vi exclusión social.
Y me pregunté: ¿por qué yo no estoy haciendo nada para solucionarlo?
Hasta este momento, yo no tenía una identidad, no sabía quien era,
pero cuando pude detectar todas estas necesidades,
vi que yo estaba aquí para ser respuesta a esa demanda.
Así que, decidí estudiar trabajo social.
Frente a la posición de muchas personas yo ya sabía quien era y nada me iba a parar.
Había una cultura que estaba desnutrida, yo estaba desnutrida,
y esto no podía seguir de ésa forma.
Con mi decisión de estudiar trabajo social
no creo que ésta sea la única profesión que sirve para ser un agente de cambio.
Lo puedes ser si estudias ciencias políticas, filología, R.R.I.I.
No depende de éso.
La idea que quiero rescatar,
es que cuando sabes quien eres, sabes lo que tienes que hacer.
Tengo 18 años.
Obviamente yo, hoy no tengo los medios,
para solucionar la esclavitud del siglo XXI de un porrazo.
No tengo los medios para desviar el foco de las políticas públicas,
a los derechos humanos y no al interés.
Pero tengo mi palabra. Y sé que no debo callarme.
Muchas gracias.
(Aplausos)
Weitere ähnliche Videos ansehen
¿Y tu ya conoces al amor de tu vida? | Claudia Lizaldi | TEDxTijuana
Daniel Joffe I Sobrevivientes AMIA
¿Como nos MANIPULAN para TRABAJAR?
How I overcame my *social anxiety* (ft. real friendships & talking to strangers)
Ask Better Questions to Build Better Connections | Amber L. Wright | TEDxCSULB
Los elegidos, por qué INTIMIDAN a los demás (y cómo APROVECHARLO)
5.0 / 5 (0 votes)