Tipos de tejido: Clasificación, características, funciones - Anatomía Humana | Kenhub
Summary
TLDREste script ofrece una introducción detallada a los cuatro tipos principales de tejidos en el cuerpo humano: epitelial, conectivo, muscular y nervioso. Explica cómo estos tejidos, que incluyen aproximadamente doscientos tipos de células diferentes, trabajan juntos para lograr la homeostasis. Detalla las funciones y características de cada tejido, como el papel del epitelio en la protección y secreción, el soporte y la conexión del conectivo, la capacidad del músculo para convertir energía química en mecánica, y la transmisión de señales del sistema nervioso. Además, destaca la importancia de las células gliales en el soporte y protección de las neuronas.
Takeaways
- 🧠 El cuerpo humano contiene aproximadamente treinta y dos billones de células, que trabajan juntas para lograr la homeostasis.
- 🔬 Existen alrededor de doscientos tipos de células diferentes en el cuerpo, cada una especializada en una función específica.
- 🏡 El tejido epitelial, también conocido como epitelio, se divide en dos grupos: el de revestimiento y el glandular, y puede ser simple o estratificado.
- 🌡 El tejido conectivo es el más abundante y diverso en el cuerpo, con células dispersas en una matriz extracelular que puede ser líquida, semisólida o sólida.
- 🩸 La sangre es un tipo de tejido conectivo con matriz líquida, compuesta por eritrocitos, leucocitos y plaquetas, sumergidos en plasma.
- 💪 El tejido muscular es responsable del movimiento y está formado por células alargadas que se contraen, y se divide en cardíaco, esquelético y liso.
- 🧬 Las células del tejido nervioso, llamadas neuronas, transmiten impulsos eléctricos y se apoyan en células gliales para su funcionamiento.
- 🧴 El tejido areolar es un tipo de tejido conectivo laxo que permite el intercambio rápido de líquidos y gases entre tejidos.
- 🦴 El hueso es un tipo de tejido conectivo sólido y calcificado, que proporciona soporte y protección, y se encuentra en dos formas: compacto y esponjoso.
- 🧠 El sistema nervioso se compone del sistema nervioso central (encéfalo y médula espinal) y el periférico (nervios y ganglios).
Q & A
¿Cuántas células aproximadamente tiene el cuerpo humano?
-El cuerpo humano tiene aproximadamente treinta y dos billones de células.
¿Cuál es la función principal de las células en el cuerpo humano?
-Las células trabajan juntas para alcanzar la homeostasis, que es el mantenimiento y regulación del cuerpo para asegurar estabilidad y consistencia de nuestra condición interna.
¿Cuántos tipos de células diferentes hay en el cuerpo humano?
-Hay aproximadamente doscientos tipos de células diferentes en el cuerpo humano, cada una especializada para cumplir una función específica.
¿Cuáles son los cuatro tipos principales de tejidos en el cuerpo humano?
-Los cuatro tipos principales de tejidos son: tejido epitelial, tejido muscular, tejido conectivo y tejido nervioso.
¿Qué tipo de tejido cubre tanto la superficie externa como las internas de la mayoría de los órganos del cuerpo?
-El tejido epitelial, también conocido como epitelio, cubre la superficie externa y reviste las superficies internas de la mayoría de los órganos.
¿Cuál es la función del tejido muscular en el cuerpo humano?
-El tejido muscular proporciona el medio para que el cuerpo se mueva y tenga habilidad, permitiendo acciones como levantar objetos, correr y abrazar.
¿Cómo se llama el tejido que soporta todo el cuerpo y evita que se veamos como una masa gelatinosa?
-Ese tejido se llama tejido conectivo.
¿Cuál es la función principal del tejido nervioso?
-El tejido nervioso se utiliza para comunicarse y controlar las funciones corporales.
¿Qué es la homeostasis y cómo es relevante para las células del cuerpo?
-La homeostasis es el proceso de mantenimiento y regulación del cuerpo para asegurar estabilidad y consistencia de nuestra condición interna a pesar de los cambios externos.
¿Qué tipo de tejido epitelial se encuentra en la epidermis de la piel y qué tipo de células tiene?
-La epidermis está compuesta por un tipo especializado de tejido epitelial llamado epitelio escamoso estratificado queratinizado, que son células muertas llenas de queratina en la capa más externa.
Outlines
🔬 Introducción a las células y tejidos del cuerpo humano
El primer párrafo introduce la cantidad aproximada de células que existen en el cuerpo humano, que es de alrededor de treinta y dos billones. Estas células trabajan en conjunto para lograr la homeostasis, es decir, el mantenimiento de la estabilidad y consistencia interna ante los cambios externos. Se menciona que existen aproximadamente doscientos tipos de células especializadas que forman tejidos, los cuales son la base de la estructura corporal. Se destaca la importancia de los cuatro tipos principales de tejidos: epitelial, muscular, conectivo y nervioso, y se invita al espectador a explorar estos en detalle a través de micrografías.
🗣️ Tejido epitelial: La barrera y el sistema de secretión
El segundo párrafo se enfoca en el tejido epitelial, explicando que se compone de capas de células que se dividen en dos grupos: el epitelio de revestimiento y el epitelio glandular. Las células epiteliales están avasculares y se clasifican según su morfología y organización en simples o estratificados. Se describen varios tipos de epitelio, como el cúbico simple, escamoso simple, columnar simple, y sus variantes estratificadas, cada uno con funciones específicas como secreción, absorción, protección y lubricación. Además, se mencionan las proyecciones especializadas de las células, como microvellosidades, estereocilios y cilios, y la importancia de la membrana basal que separa al epitelio de los tejidos subyacentes.
🧠 Tejido conectivo: El soporte y la conexión del cuerpo
El tercer párrafo explora el tejido conectivo, el cual es el más abundante y diverso en el cuerpo. Proviene del mesénquima, un tejido embrionario, y está compuesto principalmente por una matriz extracelular con células dispersas. Se destaca la presencia de fibras como el colágeno, elásticas y reticulares, que definen las propiedades físicas del tejido. El tejido conectivo cumple funciones como proporcionar estructura, soporte, protección, aislamiento y almacenamiento de energía. Se mencionan las células inmaduras y maduras, como fibroblastos y fibrocitos, y su papel en la formación y mantenimiento del tejido. También se habla de las células del sistema inmune que actúan en los tejidos conectivos.
🩸 Tejido sanguíneo y matriz extracelular
El cuarto párrafo se centra en el tejido conectivo con matrices líquidas, semisólidas y sólidas. Se describe la sangre como un tejido conectivo líquido compuesto por eritrocitos, leucocitos y plaquetas, suspendidos en plasma. Se explica el papel de estos componentes en la respiración, inmunidad y coagulación. Se introducen los tejidos laxo, como el areolar, reticular y adiposo, y se menciona su distribución y función en el cuerpo. El adipocito se destaca como el componente principal del tejido adiposo, con roles en el aislamiento térmico y reserva energética.
💪 Tejido muscular: El motor del movimiento
El quinto párrafo aborda el tejido muscular, que se caracteriza por su capacidad para convertir energía química en mecánica. Se describen tres tipos de músculos: cardíaco, esquelético y liso. El músculo esquelético se asocia con el esqueleto y permite movimientos voluntarios, mientras que el cardíaco se encuentra en el corazón y opera de manera involuntaria. El músculo liso, que rodea arterias y órganos, también es involuntario y es esencial para procesos como la digestión. Se mencionan las características de las células musculares, como la presencia de filamentos de actina y miosina, y las uniones entre ellas.
🧠 Tejido nervioso: El sistema de comunicación del cuerpo
El sexto párrafo cubre el tejido nervioso, que forma el sistema nervioso central y periférico. Se explica que las neuronas son las células principales del tejido nervioso, con roles en la transmisión de señales eléctricas. Se describen las neuronas eferentes y aferentes, y se mencionan las células gliales, que incluyen a las células de Schwann, oligodendrocitos y astrocitos, que apoyan y protegen a las neuronas. Se resalta la importancia del tejido nervioso en la comunicación y control del cuerpo.
Mindmap
Keywords
💡Células
💡Homeostasis
💡Tejidos
💡Tejido epitelial
💡Tejido muscular
💡Tejido conectivo
💡Tejido nervioso
💡Membrana basal
💡Macromoléculas
💡Mesénquima
Highlights
El cuerpo humano tiene aproximadamente treinta y dos billones de células.
Se producen más de mil millones de células nuevas cada hora en el cuerpo.
Las células trabajan juntas para alcanzar la homeostasis en el cuerpo.
Existen aproximadamente doscientos tipos de células diferentes en el cuerpo.
Los tejidos del cuerpo se pueden resumir en cuatro tipos principales: epitelial, muscular, conectivo y nervioso.
El tejido epitelial cubre el interior y el exterior del cuerpo, proporcionando cobertura y protección.
El tejido muscular es responsable del movimiento y la habilidad del cuerpo.
El tejido conectivo soporta y une los tejidos del cuerpo.
El tejido nervioso permite la comunicación y el control de las funciones corporales.
Las células epiteliales están clasificadas según su morfología y organización en cuboidales, escamosas, columnares, simples o estratificadas.
El epitelio cúbico simple se encuentra en pequeños tubos y glándulas del cuerpo y está involucrado en la secreción y absorción.
El epitelio escamoso simple actúa como una barrera selectiva para la difusión de moléculas pequeñas.
El epitelio escamoso estratificado provee protección en áreas de roce constante, como el esófago.
El epitelio columnar simple se encuentra en el tracto gastrointestinal y tiene funciones de absorción, secretión, protección y lubricación.
El tejido conectivo es el más abundante y diverso en el cuerpo, proveniente del mesénquima embrionario.
El tejido conectivo laxo incluye al tejido areolar, reticular y adiposo, y cumple funciones de soporte y energía.
El tejido conectivo denso se encuentra en ligamentos, tendones y la dermis de la piel, proporcionando resistencia y estructura.
El cartílago y el hueso son tipos de tejido conectivo sólido que brindan soporte y protección.
El músculo cardíaco es el único en el corazón y se contrae de forma rítmica y automática.
El músculo liso está involucrado en la motilidad de órganos internos y es de contracción involuntaria.
Las neuronas son las células del tejido nervioso responsables de transmitir impulsos eléctricos.
Las células gliales son células de soporte en el sistema nervioso que aíslan y protegen a las neuronas.
Transcripts
Si tuvieras que adivinar, aproximadamente ¿cuántas células crees que tenemos en nuestro
cuerpo? ¿Cinco millones? No, más. ¿Cien millones? No, aún más. Qué tal ¿tres mil
millones? Todavía más. Mmmm. ¿Quinientos mil millones? Es un número probable, ¿no?
En realidad, este sigue siendo un número muy pequeño, ya que son alrededor de ¡treinta
y dos billones de células en nuestro cuerpo! Así es, me escuchaste bien, TREINTA Y DOS
MILLONES DE MILLONES; y para acabar de ajustar, nuestro cuerpo produce en promedio más de
mil millones de células nuevas cada hora que son necesarias para crecer y reemplazar
las células muertas o perdidas.
A pesar de que hay tantas células en nuestro cuerpo, los treinta y dos billones de células
trabajan juntas magníficamente para alcanzar un objetivo en común, y este objetivo es
la homeostasis. El proceso de mantenimiento y regulación de nuestro cuerpo para asegurar
estabilidad y consistencia de nuestra condición interna mientras nos ocupamos de los cambios
externos.
Entre los treinta y dos billones de células, tenemos aproximadamente doscientos tipos de
células diferentes, cada cual especializado para la función que cumplen en nuestro cuerpo.
Grupos de células parecidas trabajan juntas para realizar su función designada y, al
hacer esto, forman tejidos que son en esencia la estructura misma de nuestro cuerpo que
nos sostiene, nos da forma, y... ¿Te resulta abrumador todo esto? ¡Calma! No es tan complicado
como parece. Dentro de poco, todo tendrá sentido. Confía en mí.
Así que, te doy la bienvenida a nuestra introducción sobre células y tejidos
Afortunadamente para nosotros, aunque nuestros cuerpos contienen un poco más de doscientos
tipos de células, toda esta complejidad puede se puede resumir en solo cuatro tipos de tejidos
principales. Estos son: tejido epitelial, que reviste el interior y el exterior del
cuerpo brindándonos cobertura y protección; tejido muscular que, por supuesto, nos proporciona
los medios para movernos y habilidad; tejido conectivo, que soporta todo nuestro cuerpo
y evita que nos veamos como una masa gelatinosa gigante; y finalmente tejido nervioso, que
nuestro cuerpo utiliza para comunicarse y controlar las funciones corporales.
Antes de empezar a explorar los cuatro tipos de tejidos principales, primero familiaricémonos
con las fotografías de células y tejidos a través del microscopio, también llamadas
micrografías.
Como posiblemente sabes, la histología es el estudio de la anatomía microscópica,
pero como no podemos darte tu propio microscopio y muestras para ver las células y tejidos
que aprenderemos, durante este tutorial te mostraré muchas micrografías. En esta, por
ejemplo, puedes ver un corte transversal teñido del uréter. Usaremos tinción cuando estemos
visualizando células y tejidos, ya que de esta manera se crea un contraste que permite
distinguir mejor las células y sus estructuras internas. Exploremos detalladamente cada uno
de los diferentes tipos de tejidos principales, empezando con el tejido epitelial.
El tejido epitelial, también conocido como epitelio, se compone de capas de células
que se dividen en dos grupos. El primero es el tejido epitelial propiamente dicho, también
llamado epitelio de revestimiento, dado que recubre la superficie externa o reviste las
superficies internas de la mayoría de órganos. Ejemplos de este tejido son: el epitelio epidérmico,
en tu piel, o el epitelio respiratorio, que reviste tu tráquea y bronquios.
El segundo grupo es el epitelio glandular o secretor, que forma nuestras glándulas.
Su función es producir y secretar varias macromoléculas diferentes a nuestra corriente
sanguínea o directamente a superficies epiteliales a través de conductos. Encontrarás ejemplos
de epitelio glandular en las glándulas gástricas y sudoríparas.
Las células epiteliales viven en contacto directo una con la otra, esto significa que
hay poco espacio intercelular entre ellas. También son avasculares, osea que no tienen
un suministro sanguíneo directo, en lugar de esto, reciben su nutrición del tejido
conectivo que las rodea.
En cuanto a la clasificación, las células epiteliales son generalmente clasificadas
de acuerdo a su morfología o figura, ya sean cuboidales, escamosas, o columnares; y de
acuerdo a cómo estén organizadas, simples o estratificadas. Como sugiere su nombre,
las células epiteliales cuboidales son más o menos cúbicas, osea que son casi iguales
a lo alto y a lo ancho. El epitelio escamoso se refiere a células epiteliales con forma
de escamas, delgadas, o aplanadas; mientras que el epitelio columnar describe estas células
epiteliales altas como columnas. Epitelio simple quiere decir que hay una sola capa
de células y estratificado que hay múltiples.
La forma y disposición de las células epiteliales son las que típicamente determinan el nombre
de cada tejido epitelial. Por ejemplo, podemos tener epitelio cúbico simple, escamoso simple,
columnar simple, cúbico estratificado, escamoso estratificado, y columnar estratificado. Hay
muchos tejidos epiteliales que mencionaremos así que presta atención y no olvides tomar
notas.
El epitelio cúbico simple reviste pequeños túbulos, conductos, y glándulas por todo
el cuerpo. Su función principal es la secreción y absorción. En esta micrografía de un corte
transversal del riñón, podemos ver epitelio cúbico simple revistiendo uno de los tantos
túbulos colectores del riñón responsables de concentrar la orina.
El epitelio cúbico estratificado tiene las mismas funciones, pero es menos común. Podemos
encontrarlo principalmente en conductos de glándulas sudoríparas o revistiendo túbulos
más grandes.
El epitelio escamoso simple crea una barrera selectiva para la difusión de pequeñas moléculas.
Por esto podemos encontrarlo casi en cualquier lugar donde ocurre la difusión, como revistiendo
los alvéolos y vasos sanguíneos. En esta micrografía, podemos verlo justo aquí formando
la capa más interna de la pared arterial, llamada túnica íntima.
Mientras tanto, el epitelio escamoso estratificado provee protección. Este se encuentra en cualquier
parte del cuerpo donde existe roce constante, como en el esófago y revistiendo de la cavidad
oral. La epidermis, donde ocurre abrasión mecánica constantemente, está compuesta
de una forma especializada de este tejido, llamado epitelio escamoso estratificado queratinizado,
que son células muertas llenas de queratina en la capa más externa.
El epitelio columnar simple tiene la función de absorber, secretar, proteger y lubricar.
Podemos encontrarlo revistiendo el tracto gastrointestinal. En esta micrografía, podemos
ver al epitelio columnar simple recubriendo las vellosidades intestinales.
Por otro lado, el epitelio columnar estratificado no es tan común. Este epitelio tiene las
mismas funciones y podemos encontrarlo en ciertas glándulas exocrinas grandes, como
podemos ver aquí en un gran conducto de la glándula salival sublingual, y en la unión
anorrectal. El tejido pseudoestratificado a veces puede ser confundido con el epitelio
columnar estratificado porque una sola capa de células puede parecer estratificada. Este
tejido tan común se llama apropiadamente epitelio columnar pseudoestratificado. Podemos
encontrarlo principalmente revistiendo el tracto respiratorio, y tiene las mismas funciones
que el epitelio columnar simple.
El último tejido epitelial que veremos hoy nos lleva devuelta a la primera micrografía,
un corte transversal del uréter. Este tejido se llama epitelio de transición y es único.
Está formado por células estratificadas que pueden parecer tanto escamosas como cúbicas.
Por ejemplo, cuando la orina pasa a través de uréter, la fuerza ejercida dilata el lumen
del conducto, que a su vez aplana las células cúbicas y las vuelve escamosas.
En esta micrografía el lumen no está dilatado, y por esto la mayoría de las células parecen
cuboidales. Este tejido también se conoce como urotelio debido a que se encuentra exclusivamente
en los uréteres y partes de la vejiga y uretra; y su función es dilatar los tejidos que almacenan
y conducen la orina.
También es común que las células cuboidales o columnares presenten proyecciones especializadas
en sus superficies luminales. Estas proyecciones cumplen la función de incrementar el área
de superficie de las células para optimizar la absorción o para mover sustancias a lo
largo de la superficie epitelial.
Existen tres tipos principales de estas estructuras especializadas que son: las microvellosidades,
como aquellas que forman el borde en cepillo en el intestino delgado; los estereocilios,
que podemos encontrar en el epidídimo y conducto deferente; y finalmente los cilios, que puedes
ver en la tráquea y bronquios. Todos los tejidos epiteliales se separan de los tejidos
subyacentes gracias a la membrana basal, la que ves en este momento en verde. Esta matriz
extracelular especializada es la responsable de proporcionar soporte a los tejidos.
Algunas veces encontrarás que llaman “lámina basal” a la membrana basal, sin embargo,
es importante notar que la lámina basal es en realidad solo una de las capas que componen
la membrana basal y no son términos intercambiables. La membrana basal equivale a la lámina basal
más la lámina propia.
¡Muy bien! Ahora que hemos aprendido sobre el tejido epitelial, continuemos con el tejido
conectivo.
Te escucho preguntar ¿Qué es el tejido conectivo y cómo se diferencia del epitelial?
Para empezar, el tejido conectivo es el tejido más abundante de nuestro cuerpo, y siendo
el más abundante, también es el tipo de tejido más diverso. Tanto es así que nunca
te imaginarías que tipos de tejidos tan diferentes en realidad están relacionados entre sí.
Verás a qué me refiero en un momento.
Lo único que conecta todos los tipos de tejido conectivo es su origen. Así es, todos los
tejidos conectivos surgen del mismo tejido multipotencial conocido como mesénquima,
un tejido embrionario líquido y poco organizado que será el precursor de todos los tejidos
conectivos del humano adulto.
En la mayoría de los casos, el tejido conectivo consta de células ubicadas en un océano
de material extracelular conocido como matriz extracelular. Esta matriz está compuesta
de líquidos y la denominada sustancia fundamental, que es básicamente un material gelatinoso
que llena todos los espacios entre las células. Dentro de esta sustancia fundamental, hay
muchísimas fibras entrelazadas, como el colágeno, que aunque no lo creas es más fuerte que
el acero y que puede ser usado en medicina estética para mejorar la apariencia de la
cara. También encontramos fibras elásticas, que permiten que los tejidos se deformen y
luego vuelvan a su forma original; y fibras reticulares, que forman una malla de material
esponjoso que mantiene todo en su lugar. Todo esto nos ayuda a determinar las propiedades
físicas de un tipo de tejido conectivo en particular.
Al comparar el tejido epitelial con el conectivo, encontramos que una gran diferencia entre
ellos es la abundancia relativa de este material extracelular y fibras en el tejido conectivo,
pero menos células por volumen.
La función principal del tejido conectivo es brindar estructura y soporte al igual que
conectar o unir los tejidos, como sugiere su nombre. También provee protección a nuestro
cuerpo así como aislamiento a nuestros otros tejidos y órganos; y algunos incluso cumplen
un papel en el almacenamiento de energía y sistema de transporte. Y claro, como hay
tantos tipos de tejidos conectivos diferentes, igualmente hay muchos tipos de células diferentes,
específicas para cada tipo de tejido conectivo. Aún así, estas células tienen algunas características
en común, y generalmente se pueden dividir en dos en dos tipos principales, células
de tejido conectivo inmaduras y maduras.
Las células inmaduras son bastante fáciles de reconocer por su nombre, ya que terminan
con el sufijo blasto, por ejemplo, fibroblastos en el tejido conectivo propiamente dicho,
condroblastos en el cartílago, osteoblastos en el hueso, lipoblastos en los tejidos adiposos,
e incluso hemocitoblastos en tu sangre.
Entre sus tantas funciones está la de secretar sustancia fundamental y fibras necesarias
para formar su tejido conectivo específico. Una vez hayan terminado su trabajo produciendo
la matriz extracelular, entre otras cosas, se convierten a células maduras, que tienden
a ser menos activas y en ocasiones se describen como en reposo. Cuando esto ocurre, el nombre
de la célula pierde el sufijo blasto y se intercambia por cito. Así que nuestros fibroblastos
se convierten en fibrocitos, nuestros condroblastos en condrocitos, nuestros osteoblastos en osteocitos,
etcétera.
En ocasiones, estas células pueden revertirse a su forma inmadura, en caso de que se requiera
reparar o reconstruir algún tejido, pero en general, su función es mantener el tejido
formado por sus progenitoras inmaduras.
Estas son las células que componen y mantienen tu sangre, ligamentos, cartílagos y huesos;
y básicamente todo lo que te mantiene y soporta e impiden que te veas como una porción gigante
de gelatina.
Y esto no es todo en cuanto a los tipos de células de tejido conectivo. Hay otra clase
de tipos de células que no están relacionadas con la formación de tejido conectivo, en
su lugar trabajan para protegerte de...pues en realidad de todo. Estas son tus células
del sistema inmune, tales como los macrófagos, neutrófilos, eosinófilos, monocitos, linfocitos,
¡y la lista continúa! Estos amigos son como el ejército, la marina, las fuerzas especiales
y el FBI de tu cuerpo todos juntos patrullando tus tejidos conectivos, luchando contra invasores
y amenazas externas.
Miremos un poco más de cerca algunos de los diferentes tipos de tejido conectivo.
Hay tres grandes grupos de tejido conectivo según el tipo de matriz extracelular, tejidos
con matrices líquidas, semisólidas, y sólidas. Dijimos que uno de los tipos de tejido conectivo
son aquellos con matrices líquidas, y uno de ellos es muy importante, clave para nuestro
sistema cardiovascular, la sangre.
La sangre está compuesta de glóbulos rojos llamados eritrocitos y glóbulos blancos llamados
leucocitos, y estas células se encuentran sumergidas en una matriz líquida llamada
plasma. En esta micrografía, podemos ver los eritrocitos como discos color marrón
rojizo, y por aquí vemos un leucocito, puedes notar que el área resaltada con verde representa
el núcleo celular.
Los glóbulos rojos no tienen esta tinción morada oscura que vemos en los leucocitos
ya que son anucleadas, esto significa que no tienen núcleo. Y en esta imagen, los pequeños
puntos morados, como este de aquí, son plaquetas, que ayudan en la formación de coágulos.
Como mencionamos anteriormente, hay algunos tipos de tejido conectivo con matrices semisólidas,
a los que comúnmente se les denomina tejido conectivo propiamente dicho.
Y al primero de estos tejidos lo llamaremos tejido conectivo laxo. Este tipo de tejido
puede encontrarse de tres formas principales, la primera se conoce como tejido areolar.
El tejido areolar se encuentra por todo el cuerpo. Frecuentemente se encuentra profundo
a la membrana basal del epitelio y contiene una red de colágeno y fibras de elastina
lo que lo hace bastante flexible. El tejido conectivo laxo también es el sitio de intercambio
rápido de líquidos y gases entre tejidos.
El segundo tipo de tejido conectivo laxo se conoce como tejido conectivo reticular, que
actúa casi como un armazón en ciertos tejidos proporcionándole a otros tipos de células
un hogar para madurar o desarrollarse. Y encontrarás al tejido conectivo reticular en lugares como
tus ganglios linfáticos, tu bazo, y médula ósea.
El último tipo de tejido conectivo laxo es el tejido adiposo, que para tí y para mí,
es conocido como tejido graso. Este es un tipo de tejido único, ya que a diferencia
de los demás, no tiene mucho material extracelular, en cambio se compone en su mayoría por células.
El tejido adiposo típicamente se encuentra rodeando órganos u otras estructuras, y está
formado por células grasas llamadas adipocitos. Lo podemos encontrar por todo el cuerpo, incluso
subcutáneo.
Si bien la presencia excesiva de tejido adiposo puede dañar tu salud, este tejido en cantidades
adecuadas es extremadamente importante en nuestro cuerpo, ya que nos aísla, protegiéndonos
de la pérdida de calor excesiva. También protege nuestros órganos, como el corazón
y los riñones. Y finalmente, y quizás lo más importante, la grasa es nuestro tanque
de combustible, una reserva calórica que mantiene nuestros cuerpos funcionando durante
períodos prolongados de ayuno.
Durante la fijación y tinción, la grasa dentro de los adipocitos se retira dando la
impresión de que están vacíos con el núcleo en la periferia y, como puedes ver, le da
una forma de anillo característica en los cortes histológicos.
Continuamos con el segundo tipo de tejido conectivo de matriz semisólida, el tejido
conectivo denso, que es un pariente cercano del tejido conectivo laxo. Como podemos deducir
por el nombre, el tejido conectivo denso es más denso que el tejido conectivo laxo; e
igualmente tiene tres subtipos principales.
El primer subtipo es el tejido conectivo denso regular, que puedes ver en la imagen. Este
tipo de tejido contiene más colágeno que elastina, y presenta sus fibras de manera
organizada o regular, otorgándole mucha resistencia.
Y forma tejidos fuertes, como ligamentos y tendones, como el que ves aquí.
El segundo tipo de tejido conectivo denso es el tejido conectivo denso irregular. Este
tejido se encuentra por ejemplo en la dermis de la piel. Puedes ver que tiene una disposición
más desorganizada comparada con los tejidos tendinosos y ligamentosos. El último tipo
de tejido conectivo denso se conoce como tejido conectivo elástico, el cual, fiel a su nombre,
está lleno de fibras elásticas que le permiten deformarse y volver a su forma original. Un
ejemplo perfecto de tejido conectivo elástico los encontramos en tus grandes arterias elásticas,
como la que vemos en esta micrografía.
Siguiendo con unos ejemplos de tejido conectivo de matriz sólida, tenemos primero al cartílago.
Y una vez más podemos identificar varios subtipos en esta categoría de tejido conectivo.
El cartílago hialino es el tipo de cartílago más común en nuestros cuerpos, y podemos
encontrarlo en las superficies articulares de los huesos, en los cartílagos costales,
y rodeando la tráquea. En esta micrografía, podemos ver a la tráquea con cartílago hialino
visible en la sección teñida de morado en forma de U; y es este cartílago hialino el
responsable de darle rigidez a la tráquea y evitar su colapso.
Otros tipos de cartílago incluyen el cartílago elástico, que encontramos en las orejas;
el fibrocartílago, que encontramos en los discos intervertebrales y en la sínfisis
del pubis; y el cartílago epifisario, que compone las placas de crecimiento. Sin importar
el tipo de cartílago, recuerda que las células que residen en estos tejidos se llaman condroblastos
en el cartílago en crecimiento y condrocitos en el cartílago maduro.
Otro tipo de tejido conectivo de matriz sólida es el hueso, y es una forma de tejido conectivo
calcificado. Proporciona soporte y protección a los tejidos blandos, y es el tejido que
forma al sistema esquelético. El tejido óseo existe principalmente en dos formas. El hueso
compacto o cortical, es un tejido altamente organizado y denso, que contiene osteonas,
o sistemas de Havers, como esta de aquí. Cada una tiene a su vez un canal central rodeado
de laminillas concéntricas. Dentro de estas laminillas encontramos a los osteocitos, que
son células óseas en reposo.
El otro tipo de hueso se conoce como hueso esponjoso o trabecular, el cual es poroso
y no tan denso como el hueso compacto. Típicamente lo encontramos en las cabezas de los huesos
largos o en el centro de los huesos planos. Está formado por pequeños pilares de hueso
llamados trabéculas; y los poros o espacios entre estas trabéculas es donde los huesos
producen y almacenan la médula ósea.
¡Excelente! Hemos aprendido acerca de los tejidos epiteliales y conectivo, ahora continuemos
con el tejido muscular.
El tejido muscular es exactamente lo que estás pensando. Así es, es ese tejido rojo y carnoso
que brinda movimiento a muchos de nuestros órganos internos al igual que a nuestro cuerpo
como tal. El tejido muscular es particularmente único porque es capaz de convertir la energía
química que obtenemos de nuestra dieta a energía mecánica, y gracias a esto, podemos
levantar objetos, correr y abrazar a quienes queremos.
Las células que componen los músculos usualmente son alargadas y capaces de contraerse. Esto
se debe a unas proteínas especiales conocidas como filamentos de actina y miosina, que son
los caballos de fuerza de nuestro tejido muscular. Existen tres tipos de músculos, el músculo
cardíaco, el tejido muscular liso o involuntario, y el tejido muscular esquelético o voluntario.
En esta micrografía podemos ver el músculo esquelético, pero acerquémonos un poco más.
El músculo esquelético se asocia al sistema óseo a través de las inserciones tendinosas;
y son principalmente los responsables del movimiento voluntario y la postura del esqueleto.
A sus células comúnmente se les denomina fibras musculares, son largas y no ramificadas,
y pueden tener varios centímetros de longitud. Todas las fibras son multinucleadas, teniendo
miles de núcleos periféricos situados a intervalos regulares. El músculo esquelético
tiene una apariencia estriada debido a la disposición perpendicular de los filamentos
de actina y miosina; y cada fibra muscular está controlada por la sinapsis con una neurona
motora.
Nuestro siguiente tipo de tejido muscular es el músculo cardíaco, y como sugiere su
nombre, solo se encuentra en el corazón. En este tejido, nuevamente la disposición
de los filamentos de actina y miosina le dan una apariencia estriada como al músculo esquelético,
pero a diferencia de este, las células musculares cardíacas solo tienen uno o dos núcleos;
además, estas células forman una compleja red tridimensional ramificada. Entre las células
adyacentes, encontramos discos intercalares que tienen uniones comunicantes, y estas permiten
que el corazón lata en sincronía. Gracias a estas uniones intercelulares especializadas
el músculo cardíaco opera de forma involuntaria, y, afortunadamente para nosotros, se contrae
de forma rítmica sin requerir ninguna orden consciente.
El último tipo de tejido muscular que veremos es el músculo liso, también conocido como
músculo visceral. Este se encuentra rodeando las arterias y los órganos tubulares del
tracto digestivo, urinario y reproductivo. Las células de músculo liso tienen un solo
núcleo central y están conectadas entre ellas por medio de uniones gap, o comunicantes,
que les permiten comunicarse entre sí. Estas células son fusiformes, es decir, tienen
una forma similar a un balón de rugby alargado y sus filamentos de actina y miosina tienen
una disposición aleatoria, dándole a las células de músculo liso una apariencia lisa,
no estriada, en comparación con los dos tipos de músculos que ya vimos.
Del mismo modo que el músculo cardíaco, el músculo liso es involuntario. Esto es
conveniente ya que significa que no tienes que pensar en empujar esa hamburguesa que
comiste en el almuerzo a través de tus nueve metros de tracto digestivo. Solo entra por
un lado y sale por el otro en un par de horas gracias a tu músculo liso.
El último tejido que aprenderemos hoy es el tejido nervioso, y este por supuesto es
el que compone el sistema nervioso. El sistema nervioso puede dividirse en dos, el sistema
nervioso central, el cual podrías encontrar abreviado como SNC, compuesto por el encéfalo
y la médula espinal; y el sistema nervioso periférico, que abreviamos como SNP, compuesto
por los nervios y ganglios que transmiten señales desde y hacia el sistema nervioso
central y el resto del cuerpo. Las células del tejido nervioso se llaman neuronas. Las
neuronas que transmiten señales desde el sistema nervioso central hacia el cuerpo se
llaman neuronas eferentes o neuronas motoras, mientras que aquellas que transmiten señales
desde el cuerpo hacia el sistema nervioso central se llaman neuronas aferentes o sensoriales.
Las neuronas existen en formas y tamaños diferentes, claro, sin embargo, independiente
de su morfología, todas comparten las siguientes tres características. Todas tienen un cuerpo
celular, que es el centro de control de la célula y contiene el núcleo. Todas tienen
dendritas, que son estas estructuras en forma de ramas que se comunican con otras neuronas.
Y finalmente, todas tienen un axón, como este, que es una vía de transmisión para
las señales eléctricas, y que puede hacer sinapsis con otra neurona o directamente con
su objetivo.
Además de las neuronas, el sistema nervioso también se compone de células especializadas
de soporte, las células gliales. Estas son las células de Schwann o neurolemocitos,
en el sistema nervioso periférico; y oligodendrocitos y astrocitos en el sistema nervioso central.
Estas células especializadas ayudan proporcionando soporte, protección y aislamiento a varias
partes de la neurona.
¡Y eso es todo! Te he dado una introducción básica de los cuatro tejidos del cuerpo,
y ya estás rumbo a convertirte en todo un profesional de la histología.
¿Recuerdas los cuatro tipos de tejido que vimos hoy? Estos fueron el tejido epitelial,
que vimos que se divide en dos clasificaciones principales, el tejido epitelial propiamente
dicho o de revestimiento, que reviste las superficies internas y externas de nuestros
órganos; y el epitelio glandular, que forma los conductos y partes secretoras de muchas
glándulas en nuestro cuerpo.
La siguiente parada fue el tejido conectivo. Vimos que puede agruparse en las siguientes
clasificaciones: el tejido conectivo dentro de una matriz líquida, como la sangre o la
linfa; el tejido conectivo dentro de una matriz semisólida, como por ejemplo el tejido conectivo
areolar laxo o el fibroso denso; y finalmente, el tejido conectivo dentro de una matriz sólida,
como los huesos o cartílagos.
Después de aprender sobre el tejido conectivo, continuamos con el tejido muscular, donde
descubrimos que existen tres tipos principales que son: el músculo cardíaco, que se encuentra
exclusivamente en el corazón, el tejido muscular liso, que le da motilidad a nuestros órganos
internos; y por último, el tejido muscular esquelético, que permite el movimiento de
nuestros cuerpos.
Y para concluir, terminamos con el tejido nervioso. Esta vez mencionamos dos tipos de
células principales que componen este tejido. Estas fueron las neuronas o células nerviosas,
que transmiten impulsos eléctricos; y las células gliales, que soportan, mantienen
y protegen a las neuronas.
¡Y lo logramos!
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