La ÉTICA de Aristóteles 😎 (FÁCIL y en unos 15 Minutos)
Summary
TLDRLa ética de Aristóteles se centra en la búsqueda de la vida buena, entendida como la eudaimonía o florecimento. Él argumenta que las acciones humanas buscan un fin último, la felicidad, y todo lo demás son medios para alcanzarla. Aristóteles critica las visiones materialistas de la felicidad y sostiene que la verdadera excelencia humana radica en la realización de la función propia del ser humano, que es la razón. La virtud se alcanza mediante el hábito y es el punto de equilibrio entre el exceso y la carencia, y hay dos tipos: éticas, que se adquieren por práctica, y dianoéticas, que perfeccionan el intelecto. La sabiduría y la prudencia son las virtudes más altas, y la vida contemplativa es la más feliz, aunque la vida práctica, en comunidad política, también es esencial para la realización plena del ser humano.
Takeaways
- 😀 La ética para Aristóteles es la ciencia de la vida buena, buscando lo que los seres humanos deben hacer para vivir bien.
- 🔍 Aristóteles considera que hay un fin último o bien supremo en la vida, que es perseguido por sí mismo y no como medio para algo ulterior.
- 🌟 El fin último de la vida, según Aristóteles, es la felicidad o eudaimonía, que se traduce mejor como 'la vida buena' o 'el florecimiento'.
- 🤔 Aristóteles reflexiona sobre la naturaleza de la felicidad y cómo no todos concuerdan en su contenido, lo que lleva a la necesidad de discernir la verdadera vida buena.
- 🚫 Rechaza la vida voluptuosa, la búsqueda de honores y la acumulación de riquezas como la verdadera eudaimonía, ya que estos son considerados medios y no fines en sí mismos.
- 🧠 Aristóteles argumenta que el bien para cada cosa radica en su función o ergon, y por lo tanto, la vida buena para los humanos es aquella en la que se realiza de manera excelente la función propia del ser humano.
- 💪 La virtud, o 'areté', para Aristóteles, es el desarrollo de excelencias en la vida, que se adquieren a través de la práctica y el hábito.
- 🎯 Las virtudes éticas son el término medio entre dos vicios, equilibrando el exceso y el defecto, y se adquieren por medio de la costumbre.
- 🤝 Aristóteles enfatiza la importancia de la política y la comunidad para el ser humano, ya que es un 'zoón politikón' que se realiza plenamente en la polis.
- 📚 La vida contemplativa, basada en la sabiduría y la prudencia, es considerada por Aristóteles como la forma de vida que más se acerca a la perfección y a la felicidad absoluta.
Q & A
¿Cuál es la definición de ética según Aristóteles?
-La ética para Aristóteles es la ciencia de la vida buena, una disciplina filosófica que busca lo que los seres humanos deben hacer para vivir bien de manera plena.
¿Qué es el 'fin último' o 'bien supremo' según Aristóteles?
-El 'fin último' o 'bien supremo' es la eudaimonía, que se traduce mejor como 'la vida buena' o el 'floreciminto', algo que buscamos por sí mismo y no con vistas a algo ulterior.
¿Por qué Aristóteles considera que la felicidad es un concepto problemático?
-Aristóteles considera que la felicidad es un concepto problemático porque aunque todos concuerdan en que es el fin último, no hay consenso sobre su contenido, es decir, en qué consiste.
¿Qué opina Aristóteles sobre la vida voluptuosa y por qué la considera una vida de bestias?
-Aristóteles considera que la vida voluptuosa, centrada en el placer sensible, es una vida de bestias porque es una forma de vida que compartimos con los animales y no es la mejor que puede vivir un ser humano.
¿Por qué Aristóteles rechaza la idea de que los honores puedan ser la verdadera eudaimonía?
-Los honores no son un bien propio que uno tenga en propiedad y son muy fáciles de perder, por lo que no pueden ser la verdadera eudaimonía.
¿En qué se fundamenta el bien para cada cosa según Aristóteles?
-El bien para cada cosa se fundamenta en la realización, plenificación o excelencia de aquello que le es propio: su función u obra, su ergon.
¿Cuál es la función o ergon específico del ser humano según Aristóteles?
-La función o ergon específico del ser humano, según Aristóteles, es la razón, y por lo tanto, la búsqueda del bien supremo, la felicidad, debe estar en la realización perfecta de esta actividad.
¿Cómo define Aristóteles las virtudes éticas y cómo se adquieren?
-Las virtudes éticas son el término medio entre dos extremos, dos vicios: el exceso y el defecto. Se adquieren por medio de la costumbre o del hábito, actuando repetidamente de una misma manera.
¿Qué son las virtudes dianoéticas según Aristóteles?
-Las virtudes dianoéticas son las perfecciones o excelencias que corresponden a la parte racional del alma, y se refieren a la sabiduría (sofía) y la prudencia (frónesis).
¿Qué importancia tiene la política en la vida de un ser humano según Aristóteles?
-La política es muy importante porque el ser humano es un 'zoón politikón', un animal político que se realiza plenamente en comunidad y a través de la participación en la polis.
Outlines
📚 La ética de Aristóteles y la búsqueda de la felicidad
Este párrafo introduce la ética de Aristóteles como la ciencia que busca entender cómo los seres humanos pueden vivir una vida buena. Aristóteles enfatiza la importancia de un fin último o bien supremo, que todos buscamos, y que él identifica como la eudaimonía o felicidad. Además, señala que mientras algunos buscan la felicidad en el placer, los honores o la riqueza, estos no son la verdadera eudaimonía. Aristóteles propone que el bien humano radica en la realización de la función específica del ser humano, que es la razón, y que la vida de acuerdo con la razón es la que conduce a la felicidad.
🧠 Las virtudes y la formación del carácter
Aristóteles describe cómo las virtudes éticas, que son propias de la parte racional del alma, se adquieren a través de la costumbre y la repetición de actos justos. Estas virtudes son el término medio entre dos vicios, el exceso y el defecto, y se ejemplifican con la valentía, la templanza y la liberalidad. Además, Aristóteles introduce la idea de que entre la virtud y el vicio existen estados morales intermedios como la continencia y la incontinencia, donde la razón y los apetitos están en lucha interna, pero la razón aún puede prevalecer para alcanzar la virtud.
🔄 La lucha interna entre razón y apetitos
Este párrafo profundiza en la lucha interna entre la razón y los apetitos, y cómo esta lucha puede conducir a diferentes estados morales. Aristóteles distingue entre la continencia, donde la razón prevalece sobre los apetitos, y la incontinencia, donde los apetitos dominan. Argumenta que es mejor ser incontinente que vicioso, ya que el incontinente reconoce su error y tiene la capacidad de cambiar, mientras que el vicioso racionaliza su mal comportamiento. La meta ideal es alcanzar la virtud a través de la práctica constante de acciones buenas, alineando las pasiones con la razón.
🌟 La sabiduría y la vida contemplativa como caminos a la felicidad
Aristóteles enfatiza la importancia de la sabiduría o 'sofía', que es la virtud de la razón teórica y permite alcanzar el conocimiento de verdades elevadas, y la prudencia o 'frónesis', la virtud de la razón práctica que guía la vida adecuadamente. La felicidad más alta, según él, se encuentra en la vida contemplativa, que es la vida más cercana a la de los dioses y que excede la naturaleza humana. Además, menciona la importancia de la vida política y la participación en la comunidad para el pleno desarrollo humano, lo que lo lleva a escribir su obra 'Política'.
Mindmap
Keywords
💡Ética
💡Eudaimonía
💡Fin último
💡Virtud
💡Areté
💡Ergon
💡Virtudes éticas
💡Continencia e incontinencia
💡Sofía y frónesis
💡Política
Highlights
La ética para Aristóteles es la ciencia de la vida buena, la disciplina filosófica que estudia cómo los seres humanos deben vivir para alcanzar la felicidad plena.
Aristóteles entiende que las acciones humanas a menudo son medios para alcanzar algún bien superior, pero debe existir un fin último o bien supremo que sea buscado por sí mismo.
El fin último de la acción humana, según Aristóteles, es la eudaimonía, que se traduce mejor como 'la vida buena' o 'el florecimiento'.
Aristóteles distingue entre el bien y el mal basándose en su impacto en la obtención de la eudaimonía: lo que ayuda a alcanzar la felicidad es bueno, lo que la obstaculiza es malo.
La ética de Aristóteles busca indagar en las distintas concepciones de la vida feliz y determinar cuál representa realmente la vida buena para los humanos.
Vivir una vida voluptuosa, centrada en el placer sensible, es rechazado por Aristóteles como una vida de bestias y no la mejor vida para un ser humano.
Los honores no constituyen la verdadera felicidad porque dependen de los demás y son fácilmente perdibles.
La riqueza, según Aristóteles, es un medio para conseguir otras cosas y no puede ser considerada como un fin en sí misma.
El bien para cada cosa, y por ende para los humanos, consiste en la realización o excelencia de su función propia, el 'ergon'.
El 'ergon' del hombre, según Aristóteles, es la razón, y la felicidad del hombre radica en la realización perfecta de esta actividad racional.
La alma humana, según Aristóteles, tiene tres partes: dos irracionales (vegetativa y sensitiva) y una racional (la razón), cada una con su función y virtud correspondiente.
Las virtudes éticas, que se adquieren mediante la costumbre, son el hábito de actuar de manera justa y son fundamentales para la vida práctica.
La virtud es el término medio entre el exceso y el defecto, y representa la excelencia en la acción humana.
La justicia, la más importante de las virtudes éticas, se relaciona con la repartición equitativa de bienes y beneficios.
Aristóteles describe dos estados morales intermedios entre la virtud y el vicio: la continencia, donde se sigue a la razón a pesar de los apetitos, y la incontinencia, donde se cede a los apetitos.
La vida contemplativa, basada en la sabiduría y la contemplación de las verdades eternas, es considerada por Aristóteles como la mejor vida, aunque exceda la naturaleza humana.
La política es importante para Aristóteles porque el ser humano es un animal político que se realiza plenamente en la comunidad y en la participación en la polis.
Transcripts
Si tuviéramos que explicar en una sola frase qué es la ética para Aristóteles, tendríamos que decir
que es la ciencia de la vida buena, la disciplina filosófica que indaga lo que los seres humanos
tenemos que hacer para llegar a vivir bien, de un modo pleno. Aristóteles se da cuenta de que los
hombres realizamos múltiples acciones en vistas a algo distinto, normalmente algún bien que queremos
conseguir. Trabajamos para ganar dinero, ganamos dinero para poder ir de vacaciones, vamos de
vacaciones para poder descansar, descansamos para poder trabajar otra vez, trabajamos para ganar
dinero... Pero en esta cadena de medios y fines no todo, razona Aristóteles, podemos hacerlo o
buscarlo como un medio en vistas a algo distinto: tiene que haber un fin último o bien supremo,
algo que buscamos por sí mismo y no con vistas a algo ulterior. ¿Y cuál es ese fin último,
eso que buscamos en todo lo que hacemos? Pues todo el mundo está de acuerdo, dice Aristóteles, en que
es la felicidad, la eudaimonía (que se traduciría mejor como "la vida buena" o el "floreciminto").
Esto le da a Aristóteles la clave de la ética, el criterio para distinguir lo bueno de lo malo. Si
el fin último de nuestra acción es la felicidad, si lo que buscamos en todo lo que hacemos es la
eudaimonía, "bueno" será aquello que realmente me ayude a conseguir este fin, mientras que
"malo" será aquello que me lo obstaculice, me lo dificulte o que lo contradiga. Pero ahora tenemos
un problema, dice Aristóteles... Porque el acuerdo con respecto a la felicidad, dice, se termina en
el nombre: con respecto a su contenido, a qué es, a en qué consiste, aquí cada uno piensa lo que le
da la gana. Parte del objetivo de la ética, por tanto, es indagar entre las distintas concepciones
de la vida feliz y dirimir cuál de ellas es la correcta, cuál de ellas representa realmente la
verdadera vida humana buena. Hay gente, dice Aristóteles, que vive una vida voluptuosa,
poniendo en el centro de su existencia el placer sensible. Pero esta es una vida de bestias,
de animales, dice, por tanto difícilmente va a ser la mejor vida que puede vivir un ser humano.
Otros un poco más sofisticados ponen la felicidad en los honores. El problema de
esto es que los honores no están tanto en mí como en la gente que me los da, con lo cual los honores
no son algo propio, no son un bien propio que yo tenga en propiedad, y son muy fáciles de perder:
un día todo el mundo te está aclamando y, al día siguiente, todo el mundo te está intentando
silenciar. Así que tampoco puede estar en esto la verdadera eudaimonía. Por último, hay muchos que
ponen la felicidad en las riquezas, pero esto dice Aristóteles que es estúpido, porque el dinero es
claramente un medio para conseguir otras cosas, y por tanto no podemos considerarlo como un fin en
sí mismo. "Aunque me vendría muy bien tener mucho dinero en este momento: apóyame en Patreon o en
Miembros del Canal". Aristóteles se pone entonces a pensar en plan: "Vale, ¿cómo resolvemos esto?
¿Cómo determinamos exactamente el contenido del bien humano?". Y de lo que se da cuenta es de que
el bien para cada cosa consiste en la realización, en la plenificación, en la excelencia de aquello
que le es propio: su función u obra, su ergon. Un buen cuchillo es aquél que sirve excelentemente
para hacer lo que se supone que tienen que hacer los cuchillos: cortar; un buen reloj es aquél
que da bien la hora; un buen ojo es aquél que cumple su función, la función de ver, de manera
excelente... Entonces, un buen hombre será aquel que cumpla de manera excelente su propia función,
su propio ergon como ser humano: una buena vida humana será aquella en la que el individuo realice
de la manera más plena posible este ergon, esta función que nos da la particularidad del ser
humano. ¿Pero cuál es el ergon del hombre, cuál es su función, su obra, aquello que él y solo él
sabe y puede hacer, aquello que lo distingue, lo delimita, del resto de seres? No puede ser
la vida vegetativa, las funciones del crecimiento y de la alimentación, porque esto lo tenemos en
común con las plantas. Sería un poco triste si la felicidad del ser humano consistiera exactamente
en lo mismo que la felicidad de mi hibiscus. Tampoco puede estar el ergon, la función del
hombre en la vida sensitiva, en los placeres sensibles, porque esto lo tenemos en común con
el resto de animales. Lo que queda, pues, es la razón, y es ahí, dice Aristóteles, donde habrá que
buscar el bien supremo, la felicidad del hombre: en la realización perfecta de esta actividad,
en una vida excelente de acuerdo con la razón. Lo cual le lleva naturalmente a una discusión de
la virtud, la "areté" (que se traduciría mejor como "excelencia"), y de los distintos tipos
de virtudes o de excelencias que entran dentro de una vida humana plena. Aquí es importante recordar
que, para Aristóteles, el alma humana tiene tres partes, por decirlo de alguna manera: dos partes
irracionales (la parte vegetativa y la sensitiva) y una parte racional (el intelecto, la razón).
Cada una de estas partes tiene una función propia y, por tanto, va a tener también su propia virtud,
su propia excelencia a la hora de llevar a cabo esta función. Como de las funciones vegetativas
de nuestro cuerpo, que tienen que ver con la alimentación y el crecimiento, pues nosotros
como seres humanos no tenemos control racional, no las podemos controlar con la voluntad, pues dice
Aristóteles que la excelencia de estas funciones no entra dentro de la virtud propiamente humana.
Pero es diferente con la parte sensitiva y concupiscible del alma, dice Aristóteles, porque,
aunque en sí misma es irracional y la compartimos con el resto de los animales, en nosotros se
presta a control racional, y por eso dice que participa en cierta medida de la razón. Nuestra
vida afectiva, nuestra vida emocional (cuando nos enfadamos, cuando estamos alegres, cuando estamos
tristes, y tal), todo eso más o menos se presta a cierto control por parte de la razón, porque es
permeable a razones. Yo puedo sentir que me estoy enfadando, que me estoy airando y, en cambio,
pues convencerme a mí mismo de "Oye, baja un poco los humos y tal", eso lo que muestra es
que, en nosotros, esa parte concupiscible-sensible del alma es susceptible a razones, es permeable
por la razón. Las virtudes que tienen que ver, entonces, con el control o el dominio de
nuestros impulsos o tendencias sensibles (como el apetito por la comida, la bebida y el sexo) sí que
van a ser propiamente humanas y van a recibir el nombre de virtudes éticas. Y como hay en nosotros
también una parte puramente racional (la razón o el intelecto), también esta parte va a tener
sus propias virtudes, y Aristóteles las llama virtudes dianoéticas. Hablemos primero de las
virtudes éticas: éstas, nos dice Aristóteles, las podemos adquirir por medio de la costumbre o del
hábito. Aristóteles se da cuenta de que, actuando repetidamente de una misma manera,
desarrollamos un hábito, es decir, una disposición estable a seguir actuando en esa misma línea, de
modo cada vez más fácil y excelente. "¡Qué buena onda!". Nos puede costar mucho escribir cuando
somos niños y es la primera vez que lo hacemos, pero a base de práctica y repetición cada vez
nos sale mejor y de manera más natural, y ahora ya que somos adultos lo hacemos sin pensar siquiera.
Pues lo mismo sucede, dice Aristóteles, con la virtud: es realizando repetidamente actos de
justicia que nos volvemos justos, que adquirimos el hábito, la virtud, de la justicia. "¡Justicia!"
Este hábito, entonces, repercute y revierte en nuestras acciones futuras, haciendo que cada vez
nos sea más fácil e inmediato reconocer lo justo y actuar de manera justa. Realizando repetidamente
actos de valentía, adquirimos el hábito, la virtud, de la valentía, y ese hábito, entonces,
nos hace que en el futuro nos sea más fácil e inmediato y natural actuar de modo valiente.
Y así con el resto de las virtudes éticas: se adquieren por medio de la práctica constante,
así como sucede en las artes o las técnicas. ¿Pero en qué consiste exactamente la virtud?
¿Cuál es la naturaleza común a todas las virtudes éticas? Pues la de ser,
nos dice Aristóteles, el término medio entre dos extremos, dos vicios: el exceso y el defecto.
L: ¡Ey, defectos! De eso tú tienes muchos. E: La valencia es la virtud que nos ayuda a
hacer lo noble frente al peligro, y como tal es el término medio entre la cobardía (su defecto)
y la temeridad (su exceso). Así como está mal ser cobarde, también está mal ser temerario,
ser imprudente frente al peligro. Lo correcto está en el término medio:
la valentía es siempre con prudencia, con cabeza. Sigamos con las virtudes: la templanza,
que es la virtud que tiene que ver con el dominio de los placeres y las tendencias sensibles,
pues es a su vez el término medio entre el defecto de la insensibilidad y el exceso del libertinaje.
La liberalidad (el comportamiento justo y virtuoso con respecto al dinero) es el término
medio entre la avaricia (el dar absolutamente nada) y la prodigalidad (el dar demasiado,
sin tener en cuenta tus otras responsabilidades). La más importante de las virtudes éticas,
dice Aristóteles, es la justicia, que tiene que ver con dar a cada uno lo suyo, con la repartición
de bienes y beneficios. Ahora bien, y esto es muy interesante, entre la virtud y el vicio,
especialmente por lo que respecta a los placeres materiales y sensibles, Aristóteles dice que hay
como dos estados morales intermedios, en el término medio entre la virtud y el vicio,
que son la continencia y la incontinencia (akrasía). La virtud es el estado moral en
el que razón y apetitos están en armonía apuntando hacia lo bueno, hacia el bien,
mientras que en el vicio razón y apetitos también están en armonía, sí, pero apuntan ambos hacia lo
malo, hacia el mal. El vicioso hace el mal de modo natural, sin ningún tipo de remordimiento
o resquemor, dice Aristóteles, porque en él se ha corrompido lo mejor, el principio, la razón,
que al dejarse llevar por pasiones y apetitos es es incapaz de reconocer ya que lo malo es malo y,
en cambio, se cree que es bueno. La virtud, en cambio, es el estado moral en el que la razón,
manteniéndose pura en su visión del bien, ha conseguido de alguna manera armonizar
consigo las pasiones, por medio de la práctica de la virtud, justamente, para que las pasiones
ahora apunten al hombre hacia lo bueno. Las pasiones ya no me arrastran hacia lo malo,
ya no tengo pasiones desordenadas, sino que ahora yo hago el bien de modo completamente
natural y sin ningún tipo de esfuerzo. Claro, dice Aristóteles, la mayoría no nos encontramos ni en
un estado moral de perfecta virtud ni en un estado moral de completo vicio, sino en algún punto
entre medias. En ese estadio intermedio entre la virtud y el vicio, nos encontramos en una pelea o
batalla interna entre la razón y los apetitos: la razón nos dice lo que está bien, lo bueno,
lo que nos conviene, y los apetitos, en cambio, nos conducen, nos llevan, nos intentan arrastrar
hacia lo malo, hacia lo que no nos conviene. L: Un ejemplo con el que todos estaremos súper
familiarizados: sabemos que no nos conviene ese kebab de más cuando ya te has tomado dos,
pero el cuerpo nos lo pide, ¿verdad? ¿Verdad? E: Y aquí pueden pasar dos cosas: que la persona,
en esa pelea interna entre razón y apetitos, siga a su razón y haga lo bueno, en contra
de sus apetitos desordenados, y entonces decimos que esta persona es continente, o que la persona,
en ese mismo estado de pelea interior, haga oídos sordos a su razón y se deje llevar por
sus apetitos desordenados hacia lo malo, y entonces decimos que es incontinente. Sabe
que lo que está haciendo no está bien y, aún así, lo hace porque se deja llevar por sus pasiones.
Este fenómeno del incontinente, por cierto, refuta el intelectualismo moral de Sócrates,
la idea de que la persona que sabe lo que es bueno, directamente lo hace.
Aristóteles se da cuenta de que eso no encaja con la experiencia humana, porque hay muchísima gente
que sabe intelectualmente lo que está bien y, no obstante, no lo hace, sino que hace lo que está
mal, porque se deja llevar por sus pasiones. Es mucho mejor ser incontinente que vicioso,
dice Aristóteles, porque el incontinente como mínimo está abierto a reforma, porque en él se
mantiene puro lo mejor, el principio, la razón: la razón misma le dice y le continúa diciendo que lo
que ha hecho está mal. Eso lo que hace es abrir la posibilidad del remordimiento y, de alguna manera,
volver al buen camino. En el vicioso ya no se da nada de eso, porque la razón ha perdido, se ha
corrompido por completo, se ha dejado ganar. ¡El vicioso racionaliza su propio mal para convencerse
a sí mismo de que está bien! Esto el incontinente no lo hace: el incontinente sabe que lo que hace
está mal, y por eso es mejor ser incontinente que vicioso, porque siendo incontinente puedes
salir más fácilmente de ese estadio. Lo ideal es que, por medio de la costumbre bien ordenada,
del hábito bueno, de la repetición de acciones buenas, de la repetición de victorias contra las
pasiones desordenadas, pues vayamos pasando del estadio de la incontinencia al de la continencia,
y de la continencia, finalmente, a la virtud. En la virtud alcanzo ese estado interior en el que
ya no tengo que hacerme violencia para hacer lo bueno, sino que lo bueno me sale natural,
sin ningún tipo de pelea interior, sin oposición por parte de mis pasiones. ¿Por qué? Porque mis
pasiones he conseguido alinearlas con lo que la razón me dice que está bien. Así,
fijaos, ni en el vicioso ni en el virtuoso hay pelea entre razón y apetito, sino unidad: pero,
claro, la diferencia es unidad en qué, ¿no? En el virtuoso, la unidad es en lo bueno, en el bien,
en el orden: hemos conseguido unir las pasiones al orden de la razón. En cambio, en el vicioso
la unidad es en lo malo, hacia lo malo, hacia lo desordenado: lo que hemos hecho es unir la razón
al desorden de las pasiones. Por todo esto, dice Aristóteles una cosa muy interesante,
fijaos, dice que "Desde el punto de vista de su entidad y de la definición que anuncia su esencia,
la virtud es un término medio, pero desde el punto de vista de lo mejor y del bien, un extremo". ¿Qué
significa esto? ¿La virtud es un término medio pero también un extremo? ¿Cómo hay que entenderlo?
"A ver, a ver, ¿qué pasó?". Significa que podemos considerar la virtud desde dos planos distintos
Desde un plano es, efectivamente, el término medio entre dos extremos, entre el exceso y el defecto,
pero desde otro punto de vista, la virtud en sí misma es un extremo. ¿Por qué? Porque si ponemos,
si utilizamos la escala del bien, la virtud misma es lo máximo en la escala del bien,
es la perfección, y en el otro extremo lo que tenemos es el vicio, que es como la corrupción
completa. Por eso, cuando estamos considerando la escala del bien no tiene sentido decir "No,
no, lo correcto es apuntar al término medio", porque en el término medio lo que hay son los
estados de la incontinencia y la continencia, que son estados morales imperfectos. Cuando
consideramos la escala del bien, a donde hay que apuntar no es al término medio, sino que hay que
apuntar al extremo de lo bueno, de lo mejor, de la virtud. Es como si estuviéramos mirando una
montaña desde dos perspectivas distintas: vista desde arriba, la cima es como el término medio
entre los dos extremos más bajos, pero vista, en cambio, desde abajo, desde tierra, la cima es el
punto más álgido y es el extremo con respecto a los puntos más bajos, que son los otros extremos.
L: Bueno, eso por lo que respecta a las virtudes éticas, muy bien,
¿y las virtudes diuréticas... dianoéticas qué? E: Pues que estas son las perfecciones,
las excelencias, que le corresponden a la parte racional del alma. Como la razón tiene
dos dimensiones, una dimensión puramente teórica que se dedica a la contemplación
de las verdades necesarias inmutables y eternas de la filosofía, la metafísica y la teología,
y otra práctica orientada a la acción, las dos virtudes dianoéticas más importantes van a ser
las que perfeccionarán el ejercicio de estas dos dimensiones de la razón. La virtud propia de la
razón teórica es la "sofía", la sabiduría, por la cual alcanzamos el conocimiento de las verdades
más elevadas. Por otro, lado la virtud propia de la razón práctica va a ser la prudencia, la
"frónesis", que consiste en dirigir adecuadamente la vida, en acertar, en dar en el clavo con
respecto a lo bueno y lo malo para el hombre en tanto que hombre. Por eso dice Aristóteles que el
hombre prudente "ve la verdad en todas las cosas", porque su virtud, la virtud de la prudencia,
le ayuda a ver adecuadamente cuáles son los fines verdaderos que hay que perseguir en la vida del
hombre. Ahora, la felicidad más perfecta, sugiere Aristóteles, se encuentra en la consecución de la
sabiduría, de la "sofía". ¿Por qué? Porque en ella el ser humano actualiza lo más elevado que hay en
él, el intelecto, y alcanza el conocimiento, la aprehensión de las verdades más elevadas y la
contemplación de lo eterno y lo divino. La mejor vida en un sentido absoluto, dice Aristóteles,
entonces, es la vida contemplativa, y hay que perseguirla en la medida de lo posible,
aunque en sí misma exceda con creces la naturaleza humana y sea más propia de dioses que de mortales.
Por eso, en segundo lugar en el ranking de la felicidad está la vida conforme exclusivamente
a las virtudes éticas, la vida práctica, que sigue proporcionándonos una felicidad propiamente
humana, aunque desde un punto de vista absoluto, en sentido comparativos es como de segundo orden
con respecto a la felicidad que se puede alcanzar en la vida contemplativa (que también tenga las
virtudes éticas, ¿eh?, propiamente, o sea, Aristóteles no está pensando en una vida
contemplativa al margen de las virtudes éticas). Para la vida práctica tiene mucha importancia para
Aristóteles la política, porque el ser humano es un "zoón politikón", es un animal político, que
se realiza plenamente y que no puede realizarse plenamente si no es en comunidad, en una comunidad
política, en la polis. Si no vive de modo libre en una polis y no participa de sus asuntos públicos,
el ser humano no puede propiamente realizarse del todo como ser humano, como tal. Por eso,
con tal de complementar su ética, Aristóteles escribe a continuación su famosa "Política". Para
aprender cuáles son las bases principales del pensamiento político de Aristóteles,
dale click aquí porque te lo explico fácil en este vídeo, y así podrás seguir complementando
lo que has aprendido en esta ocasión acerca de su pensamiento ético. ¡Hasta ahora!
浏览更多相关视频
Resumiendo la ética de Aristóteles en Minecraft
La Ética y la Política en Aristóteles
¿Qué es la virtud? | Aristóteles - Dra. Ana Minecan
La Ética de Aristóteles FÁCIL (Felicidad, virtudes éticas y dianoéticas, justo medio)
Aristoteles, La Felicidad, La Ética y la Virtud
¿Cómo ser FELICES? - Ética a Nicómaco - Aristóteles
5.0 / 5 (0 votes)